El 'efecto Calatrava' inquieta a os ingenieros
Los últimos puentes incluyen la estética como otro elemento de las estructuras
Santiago Calatrava dice que sus puentes son "blancos y puros". Hasta ahora nadie había definido en estos términos las piezas de ingeniería. Desde hace diez años, con el puente Bach de Roda-Felipe III, en Barcelona, y, sobre todo, tras la euforia del 92 que transformó Barcelona y Sevilla, el efecto Calatrava perturba a los ingenieros y a las empresas en el momento de proyectar puentes y viaductos. El ingeniero y arquitecto valenciano aporta el ingrediente estético, y escultural, lo que algunos detractores llaman "golosina visual", frente a las razones de funcionalidad. La polémica sobre las obras públicas y los monumentos y las formas de los puentes se extiende por Europa, donde los profesionales españoles tienen nombre propio.
El ingeniero francés Michel Virlogeux, director del proyecto y construcción del puente de Normandía, plantea en la Revista de Obras Públicas la batalla de los puentes. Analiza el fenómeno del antagonismo entre la arquitectura estructural y las "nuevas tendencias barrocas" al comparar las torres de Foster y Calatrava en Barcelona y los puentes de la Barqueta (Arenas de Pablo y Pantaleón) y El Alamillo (Calatrava), en Sevilla.José Antonio Fernández Ordóñez (puente del Centenario, en Sevilla; del Arenal, en Córdoba, ambos con Julio Martínez Calzón) plantea la polémica entre la ornamentación y la funcionalidad. Ha ganado el concurso de ideas para una pasarela en Bilbao por 1a limpieza y sensibilidad de su proyecto, basado en una estructura donde la funcionalidad se incorpora al diseño mediante la utilización de las barandillas como elementos portantes". Sobre la próxima construcción de un puente sobre el Urumea, en San Sebastián, ha declarado: "Si se quiere un nuevo puente, constrúyase un puente. Si se quiere una escultura, encárguese a un artista verdadero".
Otros profesionales reconocen las nuevas inquietudes, de carácter estético y ecológico, que marcan los últimos proyectos. El arco de Ricobayo, sobre el embalse del Esla en Zamora; el arco de la Regenta (Ribadesella-Luarca), el viaducto de la Arena (Santander-Bilbao); enlaces de autopistas y varios puentes en ciudades, con diversas tipologías y materiales, son algunas construcciones para ilustrar la situación. Junto a ellas ingenieros como Leonardo Fernández Troyano, Javier Manterola, Javier Rui-Wamba, Florencio del Pozo, José Antonio Torroja, Ignacio García Arango, Santiago Pérez Fadón, Hugo Corres, además de los citados. '
El ingeniero José Ramón Navarro que prepara tina historia de los puentes españoles por encargo de la Fundación Juanelo Turriano, señala la corriente dominante del neoconstructivismo y la imposición de "una imagen" por parte ' de la Administración. "Lo que pretenden muchos colegas es un esfuerzo trivial que no tiene nada que ver con la tradición de la ingeniería. En este siglo me interesa el pensamiento estético de Ribera, Fernández Casado, Torroja y Fernández Ordóñez".
Santiago Pérez Fadón reco noce que Calatrava "produjo una llamada de atención hacia la estética". Señala que, tras la ex plosión del 92, "con extremos poco deseables", se ha llegado a "un equilibrio más razonable entre la estética, la función y la economía". Dice que los ingenieros no buscan ya romper los récords, aunque el suyo de Ricobayo tenga el de arco mixto, con 168 metros de luz de arco. En Japón ha visto un puente colgante de dos kilómetros entre torres. Para Arenas de Pablo, el puente es un servicio social, y "no podemos hacer escultura con la excusa de hacer un puente sin respetar los valores internos de la obra". Pone el ejemplo reciente de Francia, donde considera que se hacen "puentes falsos". Destaca como novedad "la postura positiva de las administraciones en apoyo de la calidad de la ingeniería, sobre todo en las' obras públicas". "El único patrimonio que tengo son las ideas", dice Calatrava. "Muchos compañeros no tienen ideas, pero administran situaciones de! poder", añade para fijar su posición frente "a las pocas cosas que me han dejado hacer en mi país". "Mis puentes blancos, puros, esculturales, están trascendiendo en varios países". De los construidos en España, destaca el de Bach de Roda-Felipe II, de Barcelona (1985-1987), el del Alamillo (1992) y el reciente de Valencia (1995). "El puente es un gran elemento conformador del paisaje urbano desde el punto de vista artificial. Mi estética está justificada en la cultura, y esos valores son vigentes. Tienen fuerza innovadora, al ser punteros en la utilización de la tecnología". Sobre las repercusiones ambientales y visuales de sus obras, Calatrava pone el ejemplo del puente urbano de Barcelona, que ha supuesto realizar con bajo presupuesto unas "zonas bellas en la periferia" en un lugar inaccesible. También señala la intención del puente de la Alameda, situado entre dos zonas históricas de Valencia. Tiene otros proyectos en Berlín, Zúrich y París, "con la misma preocupación por introducir nuevos valores y dimensiones". Además, dice que calcula sus propios
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