Escalada de tensión entre AEB y CECA por la polémica de las compras de bancos por cajas

La discusión entre bancos y cajas sube de tono día a día. Ayer, el presidente de la patronal bancaria (AEB), José Luis Leal, sugirió la necesidad de realizar cambios legales que permitan que los bancos puedan comprar cajas en igualdad de condiciones que a la inversa. Este planteamiento en público provocó una durísima réplica pública de la Confederación Española de Cajas de Ahorros (CECA). En ella, las cajas manifiestan que "los argumentos manejados por la AEB contra la naturaleza jurídica de las cajas carecen de consistencia y parecen estar movidos por intereses espúreos". Por otra parte, Leal pidió al Estado que comparta con las entidades financieras el coste de adaptación a la moneda única.

El debate sobre las compras de bancos por cajas explotó ayer con toda su crudeza. Y en público. La primera chispa la encendió el presidente de la patronal bancaria. Leal, en la rueda de prensa que siguió a la asamblea anual de la AEB, insistió en su razonamiento de que existe una clara asimetría entre los bancos y las cajas. Éstas pueden comprar bancos y cambiarles el estatus. Los bancos sólo pueden comprar las redes de las cajas. Esta situación, siempre según Leal, supone una discriminación para los bancos y coloca a las cajas de ahorros en una mejor situación para competir.El presidente de la AEB sugirió que se debe modificar esta situación, lo que implicaría cambios en la naturaleza júrídica de las cajas de ahorros. José Luis Leal apoyó su tesis en el último informe del Tribunal de Defensa de la Competencia. En ese documento se resalta esa situación y se solicita al Consejo de Ministros que forme una comisión con representantes del Banco de España, el Ministerio de Economía, bancos, cajas de ahorros y expertos para que aborden la cuestión.

Tras describir esa situación, el presidente de la patronal bancaria recalcó que esa sugerencia no ha sido recogida por el Gobierno e instó a que se reactive.

Intereses espúreos

Estos planteamientos de la AEB, realizados a última hora de la mañana, cayeron como una bomba en la sede de la CECA, que respondió con una contundente nota pública a primera hora de la noche. Una nota que desataba definitivamente las hostilidades, puesto que es, probablemente, la más dura de la emitidas por la CECA contra la AEB. En ella, tras reprobar las afirmaciones de Leal, se recoge que "ante los reiterados ataques por parte de la AEB hacia las cajas de ahorros, la CECA quiere manifestar su total disconformidad hacia lo que considera una completa y elemental falta de respeto por la actividad de estas entidades".

"Los argumentos manejados por la AEB contra la naturaleza jurídica de las cajas", continúa el comunicado de la CECA, "carecen de consistencia y parecen estar movidos por intereses espúreos. La AEB debería ver antes la viga en su ojo que la paja en el ajeno, y no recurrir a procedimientos que están al margen de la buena práctica bancaria".

"En cualquier caso", finaliza, las cajas están dispuestas a colaborar, como siempre, en todos los trabajos tendentes a mejorar la competitividad y eficacia del sistema financiero español (...) lo que ha sido una constante en su actividad de casi 200 años de existencia al servicio de la sociedad española".

El Estado y el euro

Al margen de la agria polémica con las cajas, el presidente de la AEB abordó varios temas que atraen la atención del sistema financiero español en estos momentos. El coste de la moneda única es uno de ellos. De hecho, ya el pasado viernes provocó una reunión entre el gobernador del Banco de España, Luis Ángel Rojo, y los presidentes de los grandes bancos, a excepción de Francisco Luzón (Argentaria), que se encontraba fuera de España.

Ayer, Leal reclamó al Estado que comparta con las entidades financieras esos costes, que, según datos de la Federación Bancaria de la Comunidad Europea, pueden ascender a alrededor de 127.000 millones para España, con el siguiente reparto: unos 70.000 millones para la banca, unos 50.000 para las cajas y, el resto, para cajas rurales, cooperativas de créditos, etc. Leal precisó que ese coste puede ser incluso superior, puesto que está calculado con la hipótesis de que el paso a la moneda única se realizaría mediante una transición Big-Bang. En realidad, esa transición se realizará en un periodo más amplio, y costará más.

El presidente de la patronal bancaria precisó que su petición de participación del Estado se basa en que "la moneda única beneficiará a todos y nos viene impuesta". Por ello, explicó, "no es justo que el coste de la adaptación recaiga sólo sobre accionistas, entidades y clientes. Es lógico que abramos un debate sobre cuál debe ser la participación del Estado en el reparto de ese coste", recalcó.

Leal pronosticó un descenso de los tipos de interés antes de fin de año y una recuperación del consumo. Aunque eludió pronunciarse sobre asuntos políticos, sí pidió que se forme lo antes posible un Gobierno estable que dé prioridad a la unión monetaria. Por último, describió que los beneficios de la banca aumentaron el año pasado un 3,2% -excluido Banesto- y pronosticó que 1996 será un año difícil para la banca, por el estrechamiento de márgenes.