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La Comunidad desentierra la Real Fábrica de Porcelana del Retiro, oculta 184 años

Vicente González Olaya

Los muros de la Real Fábrica de Porcelana del Buen Retiro han vuelto a ver la luz tras casi dos siglos ocultos. La que fuera la gran competidora de las industrias francesas e inglesas del sector fue destruida por las tropas del duque de Wellington en 1812 para evitar su competencia. Todo el complejo, orgullo del reinado de Carlos III, desapareció bajo el fuego. Patrimonio decidió comenzar su excavación el pasado enero aprovechando los trabajos de ajardinamiento que el Consistorio efectúa en el Retiro, en el Huerto del Francés. Los resultados han sido espectaculares.

Cuatro técnicos de la Dirección General del Patrimonio y tres obreros de la Concejalía de Me dio Ambiente levantan palmo a palmo desde el pasado 23 de enero el Huerto del Francés. Esta parte del Retiro fue arrasada en diciembre por una competición de todoterrenos que contaba con el beneplácito del Ayuntamiento, pero carecí de los permisos de la Comunidad. Para realizar cualquier tipo de actividad en zonas declaradas bienes de interés cultural (el Retiro es jardín histórico desde 1935 y zona arqueológica del recinto histórico de Madrid desde 1993), Patrimonio debe dar su consentimiento. Éste nunca ha sido pedido a pesar del destructor rally y del nuevo ajardinamiento. que el Consistorio quiere hacer en el Huerto.Patrimonio comienza así la prospección de esta zona, considerada por sus técnicos como de máximo interés arqueológico. En la parcela excavada, muy, próxima a la. actual plaza del Angel Caído, los textos históricos señalan la existencia de las ruinas de la Real Fábrica de Porcela del Buen Retiro, también conocida como la fábrica de la China.Máximo secreto

Esta edificación fue mandada construir por Carlos III. Sus máquinas, utillaje, materiales y operarios fueron traídos desde Nápoles en 1743. En total se trasladaron 225 personas y 422 arrobas de pasta de porcelana, la misma que empleaban las más afamadas fábricas italianas de la época. Todo el complejo industrial fue declarado secreto y se mantenía día y noche fuertemente custodiado por las tropas reales.

El palacio real se levantaba a escasos metros de la fábrica, aproximadamente donde ahora se encuentra el Museo del Ejército. Los arquitectos diseñaron la fábrica con una única puerta exterior para controlar mejor a los que accedían a las instalaciones.Hasta 1803 en las manufacturas de la Real Fábrica dominarán las técnicas italianas. Sus primeros directores serán artistas napolitanos. Las porcelanas llevarán casi siempre temas latinos, neoclásicos y religiosos.En 1804, y debido al empeño real, la fábrica da un espectacular giro tecnológico y temático. La Corona destina ingentes cantidades de dinero para mejorar su tecnología. En poco tiempo, sus productos son considerados los mejores del mundo, por encima de las porcelanas francesas de Sèvres. Además, los precios resultan más baratos y asequibles. La fábrica de la China está en todo su apogeo.El sigilo de las investigaciones realizadas en la Real Fábrica era tan grande que hasta el lugar donde se tiraban sus desechos permanecía en secreto. Los arqueólogos de la Comunidad de Madrid han descubierto, ahora que el vertedero donde se arrojaban los restos se encontraba en tomo al actual Observatorio Nacional, en el Olivar de Atocha. Allí se han topado con un elevado número de piezas, que irán destinadas en breve a los museos de la Comunidad y del Ayuntamiento.En 1808, las tropas francesas convierten, la fábrica en un cuartel y la fortifican. En 1812, los soldados ingleses la destruyen. Queman hasta los archivos para evitar que los españoles, tras la guerra, puedan recuperar esta industria que tanto daño hacía a sus fábricas insulares. En los planos de 1819, toda la zona aparece ya como una parcela yerma.Por el momento, los arqueólogos han descubierto los restos de uno de los muros exteriores de la industria, la estructura de la noria que alimentaba el complejo, fragmentos de esculturas, vidrios, recipientes cerámicos y balas del siglo XIX.José Miguel Rueda, director general de Patrimonio, calificó ayer el descubrimiento de "muy interesante". "Hasta ahora teníamos mucha documentación sobre la Real Fábrica, pero muy poco material elaborado por ella. Ahora podremos analizar las piezas y las técnicas que utilizaban aquellos artesanos con métodos del siglo XX. En unos tres meses, tendremos un estudio definitivo".

Las excavaciones acabarán en los próximos días. Para efectuar sus trabajos, los arqueólogos han abierto una zanja de 85 metros de largo y dos de ancho.

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"Podríamos estar muchos más meses excavando, pero no merece la pena porque habría que levantar todo el Retiro. El Ayuntamiento quiere repoblar la zona con almendros y la temporada de siembra se está acabando. Carecemos de tiempo dice Rueda.

Las excavaciones están rodeadas de una valla y fuertemente custodiadas, día y noche, por coches de la Policía.

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Sobre la firma

Vicente González Olaya
Redactor de EL PAÍS especializado en Arqueología, Patrimonio Cultural e Historia. Ha desarrollado su carrera profesional en Antena 3, RNE, Cadena SER, Onda Madrid y EL PAÍS. Es licenciado en Periodismo por la Universidad CEU-San Pablo.

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