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La, guerra diminuta

El Parque de Atracciones acoge una gran exposicion de miniaturas,y famosas batallas

Antonio Jiménez Barca

Cecilio Caparrini se pIanta al lado de su gran maqueta de la batalla de Waterloo -45 metros cuadrados poblados con 3.500 soldados de plomo- y dice: "Si todo hubiera empezado dos horas antes, Napoleón habría ganado: la caballería prusiana, que aparece por aquel ángulo, habría llegado tarde. Y Wellington, que está en ese lado, no habría podido mantener sus posiciones ante el furibundo ataque de la guardia napoleónica, que aparece aquí". Pero. los prusianos llegaron cuando debían. Así queda reflejado en la maque ta, una de las 50 que reúne la ex posición Miniaturas y Grandes Batallas, visitable desde ayer en el Parque de Atracciones.Ocho de las maquetas colocadas en esta exposición son de Caparrini. En total, este alto cargo del Parque de Atracciones, a quien devora su tremenda afición por escenificar en miniatura grandes batallas, ha logrado animar 851 metros cuadrados. Desde un sorpresivo "pero desordenado" ataque bárbaro -contra un destacamento romano "perfectamente desplegado"- a la batalla naval de Cartagena de Indias. En aquel episodio, el corajudo almirante español Blas de Luzo logró que los ingleses mordieran el polvo, tras soportar un mes de asedio.Todo, con un preciosismo histórico casi inverosímil: "Vea usted: el general Custer lanzó una columna con la intención de sorprender y envolver a los indios; pero Caballo Loco ya se sabía la maniobra: y acabó atenazando a los norteamericanos en el valle", explica, al lado de la maqueta que representa la batalla de Little Big Horn, mundialmente conocida desde que la película Murieron con las botas puestas abordara el asunto.Pero no todo son batallitas. Luis Aroca, de 31 años, propietario de una tienda de maquetas, ha preferido llevar a la exposición una representación en diminuto de la vida misma. Su maqueta reúne, entre otras cosas, un parque de atracciones, un puerto, un metro, una estación de ferrocarril, una carrera ciclista -con caída y meta volante- y nada menos que 800 personajes. Y lo de personajes no es figurado: "Cada pequeño muñeco tiene su pequeña historia; a algunos los he colocado ligando, a otros con la familia, otros se encuentran con amigos...", dice Aroca, que añade: "¡Hasta hay uno meando!" ¿Dónde? "Hombre, no lo voy a decir, hay que encontrarlo", responde Aroca.Otros maquetistas, en vez de apelar a los libros de historia como Caparrini, bucean en su memoria particular: "Aquí está el cuartel donde hice la mili en la Legión, y a mucha. honra", explica Manuel. Poza, quien, efectivamente, ha presentado la maqueta del cuartel africano de, Villacisneros. de Poza a veces falla la perspectíva y ocurre que un legionario abulta más que un camello. "Es la primera que hago: las próximas, también cuarteles, las haré con más perfección", se disculpa. "Pero mire, mire", prosigue, "aquí se encerraba a los arrestaidos, y ahí... ¡Qué bien lo pasé!". Y señala con el dedo.Miniaturas y grandes batallas. De 13.00 a 22.00 horas. En el Parque de Atracciones. Precio, sin incluir la entrada al parque, 125 pesetas (niños) y 250 (adultos). Hasta el 2 de junio.

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Sobre la firma

Antonio Jiménez Barca
Es reportero de EL PAÍS y escritor. Fue corresponsal en París, Lisboa y São Paulo. También subdirector de Fin de semana. Ha escrito dos novelas, 'Deudas pendientes' (Premio Novela Negra de Gijón), y 'La botella del náufrago', y un libro de no ficción ('Así fue la dictadura'), firmado junto a su compañero y amigo Pablo Ordaz.

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