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Muere René Clément, director de 'Juegos prohibidos' y 'A pleno sol'

El director francés estaba injustamente olvidado

René Clément no ha gozado nunca de la fama que merecía y ha muerto cuando ya muchos le daban por fallecido desde hacía años. Es injusto. En 1945, con La bataille du rail, hizo una muy importante contribución a la imagen canónica de la Resistencia francesa. En 1951 ganó en Cannes un Oscar con Jeux interdits (Juegos Prohibidos), honor que ya había conocido con -Au-dela des grilles (Demasiado tarde) (1948). En 1953 rodó Monsieur Ripois, que es una excelente versión moderna de las andanzas de Don Juan.

En 1959 firmó la mejor adaptación nunca hecha de una novela de Patricia Higlismith, A plein soleil (A pleno sol), con Alain Delon, Maurice Ronet y Marie Laforet. La primera aparición en una pantalla de Ripley es memorable, muy por encima del estimable Amigo americano de Wim Wenders. Les Felins (1964) era otra cinta de intriga, aquí con una deslumbrante pareja protagonista: Delon y Jane Fonda. Arde París sólo tiene el interés de demostrar cómo se puede reconstruir la liberación de París aparentando tener un gran presupuesto cuando sólo se dispone de uno mediano. Luego vendrán otras películas menores, de corte policíaco, hechas con sabiduría pero parcialmente fallidas aunque La casa bajo los árboles (1971) debiera ser revisada. Su último trabajo data de 1975: La Baby-sitter, ou jeune fille libre le soir.El prestigio de Clément es el de un gran técnico cuyos resultados dependen de la calidad del guión. Todo el mundo glosó su sabiduría. como montador, su habilidad con la cámara o el cómo dirigía, a los actores pero son muy raros los que le han considerado como un artista. Jean Aurenche y Pierre Bost, dos de sus guionistas, hablan de él como "de un buen técnico y un hombre sensible" y recordaban que "cuando te necesitaba era capaz de una ternura y delicadeza difíciles de imaginar mientras que cuando tus servicios ya no le eran imprescindibles era capaz de dejarte reventar".

Juegos prohibidos es un proyecto del propio Clément, que quería mostrar la guerra desde el punto de vista de los niños. En un principio debía tratarse de un filme con tres historias distintas, de tres mediometrajes. El productor decidió alargar el episodio de Clément que supo resolver los problemas que representaba reemprender un rodaje seis meses después de darlo por acabado. Aurenche y Bost decían también que Clément "una vez acabado el trabajo, podía ser odioso", y se referían a la pretenciosa teoría que expuso en el Festival de Venecia sobre "la relación entre las horizontales y las verticales. Una estupidez. Costaba comprender como un tipo capaz de un trabajo tan brillante podía decir tamañas tonterías".

Nacido en Burdeos en 1913, miembro de la Academia de Bellas Artes, Clément había rodado -entre 1937 y 1944- quince cortometrajes, de ficción y documentales, antes de filmar La bataille du rail. Fue además el co-realizador de la mítica La bella y la bestia (1945), que siempre se atribuye en solitario a Jean Cocteau y que, en realidad, es la mejor obra filmada por el poeta. Clément, aunque inventó el neorrealismo a la francesa en su primer largo, ha pechado toda su vida con la etiqueta despectiva de "academicismo " con que le castigaron los jóvenes de la Nouvelle Vague. Buena parte de su filmografía acabará por liberarle de dicha etiqueta.

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