Dos federaciones regionales y la corriente Nueva Izquierda exigen cambios en la línea política de IU
Al menos dos federaciones (Castilla-La Mancha y Valencia) y la corriente Nueva Izquierda -con clara influencia en estas federaciones-, presentarán documentos críticos al Consejo Político de Izquierda Unida del próximo día 23. Los textos exigen un cambio en la estrategia de la coalición, valoran negativamente los resultados electorales e insisten en la necesidad de evitar la idea de exclusividad en la izquierda, buscando cauces de diálogo con las demás fuerzas sociales.
Las críticas recogidas en los docurrientos van desde la más descarnada amargura a la más feroz diatriba. En todos ellos hay, sobre todo, la constatación de un fracaso, si no electoral, sí de los objetivos con que IU aprobó su discurso programático. El texto de Esquerra Unida de Valencia señala, por ejemplo, que "no hemos sido nosotros los que hemos parado a la derecha". Y para Nueva Izquierda "parece evidente que no nos hemos constituido en la llave que cierra el paso a las políticas de derechaLos valencianos apuntan, además, contra los argumentos esgrimidos por la dirección federal de IU como causa de los resultados electorales: el bipartismo o la ley D'Hont. "No podemos quejarnos del bipartidismo. Bipartidismo o no, lo determina el electorado y éste desde el principio consagra unas fuerzas con mucha representación y otras a las que se otorga una representación menor". De la ley D'Hont recuerdan que se viene aplicando desde 1977, por lo que no puede decirse que haya sido "una novedad en estas elecciones".Castilla-La Mancha se muestra menos dura en el lenguaje. Pero sus críticas tienen muchos puntos coincidentes con las anteriores. Tampoco para esta federación se cumplen los objetivos marcados y la hegemonía de IU en la izquierda resulta una entelequia. "El camino hacia la sustitución del PSOE, su superación por IU, el sorpasso, lejos de acercarse", dice el documento, "estas elecciones lo alejan y por tanto en gran medida lo invalidan como eje de la estrategia de IU".
Todos coinciden en que la llamada pinza en quien de verdad ha mordido ha sido en el corazón de IU. "Algunos sectores de la población nos han visto con mejores relaciones con el PP que con el PSOE", escribe la federación de Castilla-La Mancha.
En Andalucía, dice Nueva Izquierda, "se ha producido un fracaso sin paliativos". Para los valencianos, "el electorado de izquierdas ha castigado duramente la visualización máxima de esa política llevada a cabo en Andalucía, bloqueando al gobierno".
Castilla-La Mancha apunta que esta actitud "ha puesto en cuestión la credibilidad de IU como proyecto de gobierno. Y se ha pagado electoralmente".
¿Qué hacer? Los tres documentos plantean futuros muy similares. Todos abogan por un cambio de estrategia. Un cambio que hay que realizar no sólo en IU, sino también en el PSOE.
Es necesaria la, "renovación y regeneración del conjunto de la izquierda y, esencialmente, en el PSOE, cuyas políticas han permitido legitimarse a la derecha como alternativa de Gobierno", según Nueva Izquierda. Y añade que "se debería, desde la autonomía e independencia de cada cual, caminar hacia la restitución de un diálogo en la izquierda".
Y todos quieren romper el gran argumento esgrimido por la dirección federal. Romper la idea de que IU es la única izquierda. Hay que abrir la organización a la sociedad, abandonar las tesis de la hegemonía y, desde la igualdad, buscar puntos coincidentes que permitan la acción común de las fuerzas sociales.
Nueva Izquierda concluye sus reflexiones con una advertencia de cara al rodillo de las mayorías en el seno de IU: "El reto que tiene IU y su dirección no es obtener mayorías suficientes en los órganos, sino dar salida al esfuerzo futuro de la militancia".
En la cabeza de los autores deben resonar las afirmaciones del propio Julio Anguita: "En democracia, se vota. Y las minorías acatan el sentir general". Cierto. ¿Y en las coaliciones?
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