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El Supremo alemán pide la captura por asesinato del ministro iraní de los servicios secretos

El Tribunal Federal (Supremo) alemán dictó ayer orden de captura contra Alí Fallahian, ministro encargado de los servicios secretos de Irán, por su presunta implicación en un atentado contra miembros de la oposición al régimen iraní, el 17 de septiembre de 1992, en un restaurante de Berlín, en el que murieron asesinadas cuatro personas. Es una medida sin precedentes en Alemania por el rango de la persona afectada y adquiere especial relevancia política por los intentos del Gobierno de Bonn de mantener abiertos los contactos con Irán y sus servicios secretos. La propia Unión Europea (UE) mantiene con el régimen que preside Alí Akbar Hachemi Rafsanyani un "diálogo crítico" frente a las posturas más radicales de Washington, que desea aislar a Irán por su presunto apoyo al terrorismo islámico.

El portavoz de la fiscalía federal alemana, Rolf Hannich, declaró ayer en Karlsruhe, al dar a conocer la decisión de perseguir a Fallahian, que existe la fundada sospecha de que el atentado terrorista contra el restaurante Mykonos, en Berlín, fue "un ataque asesino, dirigido por el ministerio iraní encargado de cuestiones de seguridad y espionaje". El portavoz declaró que el ministro podrá ser detenido en el acto, si llega a pisar de nuevo territorio alemán.Los hechos se remontan a finales del verano de 1982, cuando en Berlín se celebraba una reunión de la Internacional Socialista. Un comando de sicarios, según la acusación, al servicio del régimen iraní, disparó contra miembros del Partido Demócrata del Kurdistán Iraní (DPK-I) en el restaurante berlinés. Murieron tres políticos y un intérprete y otra persona recibió heridas muy graves. Contra cinco de los presuntos autores del atentado ya se celebra en Berlín una vista de la que se han celebrado ya más de 200 sesiones. El pasado mes de enero, un testigo de los servicios alemanes de contraespionaje declaró que en vísperas del atentado acudió a Berlín un comando de los servicios secretos iraníes para planear la acción.

La fiscalía federal subraya que el ministro, que está al frente de los servicios secretos iraníes desde 1989, señaló semanas antes del atentado el DPK-I como un objetivo para abatir y anunció su persecución en Irán y en el extranjero.

La decisión de la fiscalía federal alemana de ordenar la captura de Fallahian significa "un grave descalabro para el Gobierno federal", declaró ayer Arnke Dietert-Scheuer, portavoz para política iraní del grupo parlamentario de Los Verdes. Destaca la portavoz que en octubre de 1993, pocas semanas antes del inicio del proceso contra los presuntos asesinos, Fallahian visitó Bonn y fue recibido en la Cancillería Federal por su colega alemán, el ministro de Estado de la Cancillería, el democristiano Bernd Schmidbauer, encargado de coordinar los servicios secretos alemanes.

Buenas migas entre espías

En el marco de su visita a Alemania parece que Fallahian hizo muy buenas migas con Schmidbauer y visitó los centros del contraespionaje alemán en Colonia y del espionaje (BND) en Pullach, en las cercanías de Múnich.En fuentes del Gobierno de Bonn se temen las repercusiones de la decisión de Ia fiscalía federal sobre las relaciones con Irán, ya de por sí en la cuerda floja. Alemania mantiene un alto nivel de intercambios comerciales con Irán. Las exportaciones llegaron a 1.100 millones de marcos (93.500 millones de pesetas) en la primera mitad de 1995. Los Verdes acusan al Gobierno de haber subordinado el esclarecimiento de cuatro asesinatos a los intereses comerciales alemanes. El abogado de las víctimas del atentado alabó ayer la entereza de la fiscalía por la decisión de pedir la captura del ministro iraní.

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En Teherán, que ayer vivía el día festivo islámico, no hubo reacción ni comentario oficial a esta decisión de los jueces de Karlsruhe. Irán y su presidente niegan vehementemente tener nada que ver con actividades terroristas y dicen ser objeto de una conjura promovida por Estados Unidos e Israel para vincularles con el terrorismo islámico que atenta contra el proceso de paz en Oriente Próximo. Washington intenta aislar a Teherán, pero la Unión Europea prefiere mantener un diálogo ante el que ahora el Supremo alemán ha levantado unas trabas que pueden alentar, entre los Quince, las posturas críticas con respecto a Irán del Reino Unido y Dinamarca.

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