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Marianne Faithfull: "Ya no vivo al filo"

La musa del pop londinense de los 60 comenzó anoche su primera gira española

Amelia Castilla

Marianne Faithfull creció escuchando las composiciones de Kurt Weill. Su madre, cantante v bailarina en el Berlín de los años 20, le enseñó a escuchar las canciones que ahora ella recrea en el escenario. "Ya no vivo al filo", aseguró la controvertida artista, que anoche actuó en Zaragoza y hoy toca en Murcia en su primera gira por España con el cabaré Una noche en la República de Weimar. Entre su público se mezclan fans de su época con jóvenes de los 90.

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Tras un viaje por carretera que la llevó desde el aeropuerto de Barcelona hasta Zaragoza, la que fuera musa de la escena pop del Londres de los sesenta, llegó al hotel resoplando. "Estoy hecha polvo", aseguró nada mas pisar la entrada, donde la esperaba un masajista, el único capricho solicitado por la estrella junto con dos cartones de tabaco. "Estoy contenta de volver al escenario. Me encanta que el público se siga fiando de mí", explicó poco después de recibir un masaje re parador. Sigue conservando ese aire de princesa que enamoró a Mick Jagger y todavía, pese a lo vivido, es una mujer atractiva. Los años duros han dejado una huella imborrable en su cara, pero todavía conserva una bonita silueta. La Marianne Faithfull actual ya no quiere hablar de las drogas. Está harta. La heroína le hizo perder mucho tiempo. Ahora vive centrada en su carrera profesional, sus hijos y su nieto. El rock que se hace actualmente apenas le interesa. "No escucho demasiado la música que se hace ahora. Me gusta Nirvana, pero no conozco a otros grupos. Adoro a James Brown y escucho sobre todo jazz".

Sin límites

A punto de cumplir los 50 años, esta descendiente del barón Leopold von Sacher-Masoch, aseguró que la música de Kurt Weill, la de Brecht y la suya propia son músicas intergeneracionales. "No quedan limitadas ni a una edad ni a una época. Son composiciones para todos los públicos, como solía ser antes. No soporto esa tendencia que existe actualmente y que ha potenciado la MTV, tendente a tratar de encasillar al público con un tipo de sonido".Con su espectáculo, Una noche en la República de Weimar, recorre Europa. Entre su público se cuentan fans de su época que conocen toda su carrera y jóvenes de los noventa. "Me siento complacida tocando delante de un público adulto. La gira está teniendo muy buena acogida. Viene a verme gente de todo tipo. El otro día coincidí con una señora más mayor que yo y conocía toda mi obra, y el concierto de Florencia estaba lleno de gente joven con chupas de cuero, y tatuajes que nos conocían perfectamente a Kurt Weilly a mí".

Sobre su autobiografía, en la que narra su adicción a la heroína y sus amores con Mick Jagger, Keith Richards, Bob Dylan y David Bowie, aseguró que no trató de hacer un juicio sumario sobre los años sesenta sino de contar su visión como mujer y cómo vivió ella esos momentos. "Hay muchas cosas que podía haber incluido y que no están, en el libro, otras no las puse porque no las recordaba. He tratado por todos los medios de ser honesta y de no caer en la mitificación, que podría haberlo hecho y mucho. También he tratado de contar la verdad, mi verdad. Creo que la gente creería cualquier cosa que hubiera contado, pero he sido muy estricta con eso", aseguró.

Faithfull, una autobiografía cayó como una bomba entre la llamada generación beat. Allen Gisberg le escribió una carta en la que, al modo de un viejo profesor, la reprendía cariñosamente por algunos párrafos del libro. "La suya fue una burla graciosa e ingeniosa", dice. "Kenneth Anger, autor de Hollywood Babilonia, también me escribió protestando. Mi propia familia se mostró dividida al respecto. A mi padre le encantó y a mi hijo no le gustó nada en absoluto". Entre los agradecidos se cuentan William Borroughts y Keith Richards, a ellos les pareció perfecta, y de su ex novio Mick Jagger no tiene ni idea de cómo le sentó. "Traté de hacerle un retrato lo más certero posible", aseguró sonriente.

Animada por el éxito de su autobiografía, que se ha vendido como rosquillas y que se ha traducido a cinco idiomas, ahora prepara una nueva obra en la que contará el idilio amoroso de sus padres en el contexto de la Il Guerra Mundial. Su padre fue un espía del servicio de inteligencia británico y su madre era la baronesa Erisso. Procedía de una antigua familia de aristócratas austrohúngaros. Para este nuevo libro Faith no recurrirá a la ayuda de ningún negro. "La redactaré yo sola y será como un homenaje a mí madre, la persona, junto con mi hijo Nicolás, a los que más quiero en el mundo".

Entre sus proyectos se encuentra también la grabación de un nuevo disco. "Estoy tocando mucho y espero estar en condiciones de hacer uno de los mejores discos de la historia del rock a, partir de septiembre". En su discografía se cuentan 12 elepés, sin contar las recopilaciones. Tras casi 10 años de silencio musical, motivados por su adicción a las drogas, reapareció limpia en 1979 con Rocken English, un disco en el que habla de Ulrike Meinhoff. "No fue una dedicatoria. Nadie haría eso con una terrorista. Sólo hablaba de ella", aseguró al referirse a ese trabajo.

Ahora vive en una casa de campo en las afueras de Dublín y comparte su vida con un escritor. Su música se ha utilizado en muchas películas, pero ella tiene un recuerdo especial para La balada de Lucy Jordan, que formaba parte de la banda sonora de Thelma y Louise.

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