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Entrevista:

"He aportado mi alegría a la colección"

La actividad actual de Carmen Cervera, baronesa Thyssen, está volcada en el mundo artístico. Los centenares de cuadros que posee tras su matrimonio con el barón Thyssen, forman, según los especialistas, la colección privada más importante del mundo después de la de Isabel II de Inglaterra. Compras, préstamos y restauraciones, acaparan, según ella, toda su actividad. La muestra que hoy se presenta a los medios de comunicación en el madrileño palacio de Villahermosa, De Canaletto a Kandinski, podrá ser contemplada por el público a partir del próximo día 20, después de su inauguración por los Reyes. Son lo mejor de su colección de arte, unas 90 obras escogidas de un total de 400.

Pregunta. ¿Su pasión por la pintura nace con su matrimonio con el barón Thyssen o es anterior?

Respuesta. Anterior. La pintura es algo que me apasiona y cuando una pasión te atrapa es difícil salir de ella. Su olor me gustaba desde muy pequeña porque mi padre pintaba como hobby. Tengo muchos cuadros de él porque son muy bonitos, aunque no era un gran artista. Pero tanto mi padre como mi madre eran coleccionistas de obras españolas, de pinturas costumbristas. Cuando hace unos años conocí a Heini y vi su colección en Lugano no me lo podía creer. En muy poco espacio había montones de cuadros. Yo entonces no sabía ver pintura como ahora, porque una cosa es que te guste y otra saber ver. Hay que conocer muchos museos para saber ver lo que tienes delante. La pasión es anterior pero con Heini aprendí.

P. ¿Toda la colección Thyssen es de su propiedad?

R. Sí. Y es producto de las negociaciones para conseguir que la mejor parte se quedara en España. Fueron ocho años de peleas y más peleas y yo tuve que firmar millones de papeles a los herederos para sacar esto adelante. Tenga en cuenta que yo soy su quinta mujer y que todos los hijos son ya bien mayores. Fue muy difícil el acuerdo porque la idea de la familia era vender la colección, mientras que yo tenía clarísimo que se quedara en España y que no se dividiera de ninguna manera porque ésa es la mayor ilusión de mi marido.

La parte más importante de la colección Thyssen está aquí en el museo. Pero fuera quedaron muchas obras, muchas de ellas muy importantes y mi marido siempre ha seguido comprando cuadros. Pero, vamos, la colección es mía totalmente.

P. ¿Es la primera vez que muestra la colección al público?

R. Sí y no. En este museo hay ahora 72 cuadros colgados que son de mi colección (varios impresionistas, expresionistas) y sólo dos de ellos están en la exposición. Estos 72 los presto porque sí y porque un museo de esta categoría siempre tiene que estar dejando cuadros para exposiciones internacionales y en lugar de dejar huecos en las paredes, prefiero cubrir el vacío con obras de mi colección.

P. ¿Dónde están habitualmente los cuadros?

R. La mayor parte en Lugano y los demás colocados en las paredes de todas nuestras casas.

P. ¿Ha hecho usted la selección de las obras que se exponen ahora?

R. No. Ha sido Tomás Llorens, el conservador jefe del museo. El ha escogido los cuadros y ha decidido el orden en el que se muestran. Ha procurado elegir obras de las que no están colgadas aquí. Es un hombre que sabe todo sobre cualquier cuadro. ¿Quién mejor que él?

Me ha hecho caso en algo, como por ejemplo con unos gouaches antiguos, divinos, que me encanta, en los que se representa a Venus y Marte. Es un cuadro que va conmigo a todas partes. Son Venus y Marte casi haciendo el amor, románticamente juntos. Es bestial porque se ve a los angelitos como que hacen bromas porque la diosa del amor y el dios de la guerra estén juntos. Hay otros que me gustaría que estuvieran, pero Llorens ha elegido y él es quien mejor conoce.

P. ¿Cómo ha influido usted en la colección?

R. Con mi alegría. Siempre busco cuadros con movimiento, con colores, con alegría. Incluso el Zuloaga, con mucho negro, tiene tanto movimiento que resulta alegre. Me hace mucho caso en mis gustos. Yo a él también, por supuesto.

P. ¿No se ha negado nunca a una . propuesta suya?

R. Sí. Pero lo he comprado de todas formas (ja, ja). Cuando creo en algo, lo creo a fondo y nadie me convence de lo contrario. Soy una Tauro de las más tozudas. También él a veces ha comprado cuadros que a mí no me han gustado. Lo ha hecho y sanseacabó. Lo que sé es que un cuadro si se pierde, se pierde y lo mismo a la vuelta de muchos años tienes la oportunidad de cogerlo, pero es un riesgo que me aterroriza porque lo mismo no vuelve jamás a mis manos. En contra de lo que la gente cree, yo no tengo dinero, tengo deudas hasta dentro de 10 años, pero si hay una subasta en la que algo me apasiona, me lanzo como me ocurrió hace poco en Sotheby's con un cuadro de Zuloaga, que está en la exposición y por el que pagué 1.200.000 dólares (unos 130 millones de pesetas).

P. No me creo que usted tenga deudas hasta dentro de 10 años.

R. Hasta dentro de cinco. Lo juro.

P. ¿Pide asesoramiento cuando compra?

R. Casi siempre hago caso de mi gusto personal. También pregunto a Llorens. Por ejemplo, con La sagrada familia, de Mir, llamé a Llorens y le dije: hay un cuadro que es bestial. Me dijo, adelante. Así actúo yo.

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