Líderes de 29 naciones apoyan el proceso de paz en Oriente Próximo y condenan el terrorismo

ENVIADOS ESPECIALES Dirigentes de 29 naciones del mundo, 14 de ellas árabes, se reunieron ayer en el Sinaí egipcio, en una cumbre sin precedentes históricos, para respaldar el proceso de paz en Oriente Próximo y condenar la ola terrorista de las últimas semanas contra el Estado de Israel. La reunión, que fue boicoteada por Siria y Líbano, se quedó lejos, no obstante, de adoptar medidas específicas para combatir a los grupos terroristas o para castigar a los países a los que habitualmente se considera promotores del terrorismo.

Las diferencias entre los dos patrocinadores de la coriferencia Egipto y EE UU, así como entre los Gobiernos árabes y el de Israel, impidieron que la llamada cumbre de los pacificadores, celebrada durante algo me nos de cuatro horas en el balneario de Sharm el Sheij, junto al mar Rojo, concluyera con un acuerdo de cooperación para combatir a la organización palestina islámica radical Hamás, responsable de los atentados que causaron la muerte a 61 personas en Israel en las últimas semanas. Tampoco fueron recogidas en la declaración fi nal críticas al régimen de Irán país al que sólo mencionó por su nombre el primer ministro israelí, Simón Peres.Israel consiguió, no obstan te, el apoyo testimonial de la mayor concentración de jefes de Estado y de Gobierno que jamás se haya reunido en Oriente Próximo. Algunos de ellos, como los países árabes del Golfo, era la primera vez que sentaban a sus ministros de Ex teriores en la misma mesa con un alto funcionario del Gobierno israelí.

"Los participantes", afirma el documento final firmado en nombre de todos por el presidente de Estados Unidos, Bill Clinton, y el de Egipto, Hosni Mubarak, "remarcan su fuerte condena de todos los actos de terror en todas sus aberrantes formas, cualquiera que sea su motivación y Cualquiera que sea su ejecutor, incluidos los recientes ataques terroristas en Israel".Cambio para bienComo muestra de reconocimiento por ese gesto, Simón Peres les prometió a Ios árabes que "Israel no quiere conquistar más territorios". "Lo que quiere", dijo, "es construir para sus hijos y para nuestros hijos un futuro de paz".Bill Clinton manifestó que la sola celebración de esta cumbre, "que hubiera sido impensable hace muy pocos años", de muestra "hasta qué punto las cosas están cambiando para bien en Oriente Próximo".

Simón Peres encontró, sin embargo, poco eco en sus críticas contra Irán, al que acusó de "iniciar, promover y exportar el terrorismo". "Teherán es la capital del terror", dijo.La declaración final se limita a "urgir a todos los Gobiernos a que se sumen firmemente a la condena y oposición" de los actós terroristas.

En la conferencia de prensa con la que terminó la cumbre, Hosni Mubarak explicó que mencionar a países específicos de promover el terrorismo "sólo les hubiera dado [a esos países] argumentos para seguir en esa posición".

La conferencia se quedó también más corta de lo que Israel y EE UU hubieran deseado en la búsqueda de mecanismos concretos para combatir las organizaciones terroristas que hoy actúan en Oriente Próximo.

En la declaración de los copresidentes, los participantes se comprometen a "promover la coordinación de esfuerzos para detener los actos de terror a nivel bilateral, regional e internacional", pero no precisa cuáles son esos esfuerzos.

Aunque el propio presidente de la Autoridad Nacional Palestina (ANP), Yasir Arafat, mencionó a Hamás y la Yihad Islámica como las organizaciones que tratan de interrumpir por la fuerza el proceso de paz, la declaración de la conferencia se limita a prometer "esfuerzos para identificar las fuentes de financiación de esos grupos" sin citarlos por sus nombres.

La única medida específica de la cumbre fue la creación de un grupo de trabajo en el que estarán representados EE UU, Rusia, Egipto y la Unión Europea para preparar recomendaciones sobre cómo cumplir adecuadamente con los objetivos definidos en esta cumbre.

Ese grupo de trabajo, sobre cuyo funcionamiento no se dieron ayer más detalles, tendrá que presentar un informe a los copresidentes de esta reunión en el plazo de 30 días.

La falta de acuerdos concretos no convierte automáticamente esta cumbre en un fracaso. Israel no sólo consigue una condena casi universal contra el terrorismo del que es víctima, sino que con ello obtiene, además, una forma de reconocimiento indirecto por parte de países árabes (Arabia Saudí entre ellos) con los que ni siquiera tiene todavía relaciones.

El presidente norteamericano insistió en que el proceso de negociación "debe seguir adelante hasta que el círculo de la paz quede cerrado", en referencia a la necesidad de profundizar en los acuerdos entre Israel y los palestinos, así como en las suspendidas conversaciones entre israelíes y sirios.

La declaración final leída por Clinton cita también la determinación de que el proceso continúe hasta conseguir una paz justa, duradera y global", los adjetivos que habitualmente utiliza el Gobierno de Damasco para referirse a un eventual acuerdo con Israel.