Félix de Azúa recopila 50 artículos escritos durante la etapa socialista
El autor dice que ha tratado de guiarse por "el sentido común"
Salidas de tono (Anagrama) aspira a incluir el sentido común. Tal vez resulte paradójico, pero bien es verdad que Félix de Azúa se mueve con esplendor en la paradoja. Sucede algo más: "Creo que mi punto de vista lo comparte mucha gente. Pero una cosa es lo que nosotros pensamos y otra muy distinta lo que decimos. En España sólo paga el silencio". Los artículos suman 50, en su mayoría publicados en este diario. Y su tiempo es el que va desde Tejero hasta ayer. Pura y tramitada década socialista.
Azúa va a cambiar de vida. No es la primera vez, mas parece muy dispuesto: "Con las elecciones y el triunfo del PP ha llegado el momento de cerrar una etapa de mi vida y de mis estrategias. Ha llegado el momento de ser egoísta. Ha llegado el momento de no volver a pedir perdón. Ha llegado el momento de educar a tus hijos, a tus hijos espirituales, en la desobediencia". En el prólogo del recuento puede leerse -la cita es larga pero instruye-: "Nuestra oportunidad de pavonearnos sobre el escenario, a la manera de los célebres borrachos de Shakespeare, ya se ha consumado. Como todos los que se pavonearon antes que nosotros sobre el gran teatro del mundo, en algún momento creímos poder cambiar el argumento de la obra. ( ... ) Quisiera tratar estos artículos como la voz de un desconocido, como el testimonio de una vida pasada. (...) Dentro de unos años, las opiniones que aquí se exponen y que han sido durante un tiempo de puro sentido común, parecerán las de un marciano. Para muchos, ya ahora parecen las de un marciano. Y eso siendo educados. ( ... ) Si ahora quiero enterrar esa voz y convertirla en pasado, es para ganarme la próxima vida. No la otra vida, sino la de siempre".Una opinión extendida sostiene que Azúa es uno de los articulistas mas nítidos, cortantes e inteligentes que se dan en España. Es difícil encontrar bajo su firma una frase anodina, una frase sin compromiso. La opinión sostiene, asimismo, que los artículos están por encima de sus novelas y que es una pérdida de energías que Azúa insista en la ficción. Y que debería Azúa aplicarse, concluye la opinión, en la escritura de ese diario -de momento privado- que lleva desde 1970. La verdad es que esa opinión le molesta: "Los géneros son un invento de los profesores de Universidad. Sin embargo, es verdad que a veces necesitas explicar algo cuya complejidad no permite un discurso razonable. Y es verdad también que lo inefable sólo puede explicarse en el Arte". Más acá, en terreno llano, quisiera Azúa poder mostrarse a la opinión con la máscara que llevaba su maestro Juan Benet: "Azúa', me decía Benet con su voz poderosa: 'un escritor que lo sea de verdad, que escriba por necesidad, debe ir por la vida con una máscara de escayola, sin importarle lo que nadie diga sobre él: ni críticos, ni amigos, ni novias'".
Los artículos de Salidas de Tono -Cincuenta observaciones de un ciudadano, reza el subtítulo- pertenecen al género ensayístico. Sólo muy esporádicamente puede hallarse en ellos un brote de narratividad. Naturalmente, la maleza conceptual y terminológica puede confundir a cualquiera y Azúa, para no enredar, recomienda la lectura de Paul Ricoeur: "Aparte de lo que yo pueda decir, y le haya dicho, sobre lo que sea la esencia de la narratividad y sobre lo que sea el ensayo, lo cierto es que Ricoeur ha escrito cosas muy instructivas en este sentido, que merecen recomendarse".
El articulismo, según Azúa, se completa con la reedición, a cargo igualmente de Anagrama, de El aprendizaje de la decepción, un estupendo recuento de artículos, dedicados en especial a asuntos estéticos, que la editorial navarra Pamiela publicó en 1989.
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