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Ucrania ocultó la gravedad de un accidente en Chernóbil para evitar su clausura

El fallo, el pasado noviembre, podía romper el acuerdo para que el G-7 pague el cierre

Ucrania ocultó datos sobre el accidento que se produjo el pasado 17 de noviembre en la central nuclear de Chernóbil. Ayer, e ministerio ucraniano de Medio Ambiento reconoció que al menos un trabajador de la central fue contaminado con radiactividad. El accidente, clasificado en principio en el nivel 1 de la escala internacional de seguridad nuclear -el más bajo-, fue después recalificado al nivel 3 (el siete es el más grave). Se destapa así que los responsables de la planta infravaloraron el accidente e intentaron disimular ante Occidente el mal funcionamiento de los reactores de Chernóbil, con el fin de evitar el cierre inmediato de la nuclear, a la que consideran pieza básica de su abastecimiento energético.

A punto de cumplirse diez años de la dramática fuga de Chernóbil -ayer se presentó un informe en Roma que calcula en 300.000 las víctimas-, los fallos de seguridad y la ocultación de datos sale una vez más a la luz. "La empresa no fue consciente de la gravedad del accidente, que pudo provocar la contaminación del personal", subrayó un experto occidental. Solamente después de recibir dos informes sucesivos de expertos internacionales, las autoridades ucranianas decidieron revaluar el incidente -escape de líquido nuclear de un contenedor- al nivel 3, aunque no hubo escape de radiactividad al exterior."La dirección de Chernóbil no ha estado muy colaboradora para dar informaciones sobre el accidente. Se debe a su voluntad de no exponer los problemas de la central para poder seguir oponiéndose a su cierre", estimó Kostantin Rudia, consejero para la eguridad nuclear del Ministerio ucraniano de Medio Ambiente.

Negociaciones difíciles

El incidente se produjo en el momento en que se desarrollaban negociaciones difíciles con Occidente, que desde diciembre de 1994 intentaba convencer a Kiev del cierre de Chernóbil. "Si el incidente se hubiera registrado en el nivel 3, los occidentales habrían sometido a Ucrania a una presión mas intensa para poner fin a la explotación de Chernóbil", aseguró un analista internacional.

"El problema es que tienden a infravalorar los incidentes en relación con los informes internacionales", añadió este experto. "La dirección de la central ni ha hecho un seguimiento inmediato, ni identificado los problemas, ni reaccionado de modo adecuado", estimó Rudia.

Los expertos occidentales señalan que las explotaciones nucleares herederas de la época soviética siguen dando prioridad a la producción de electricidad en detrimento de la seguridad.

Tras estas últimas revelaciones, los dirigentes de la central esperan que no sea condenada al cierre inmediato, más cuando el propio Gobierno y el presidente de Ucrania, Leonid Kruchman, se han comprometido a cerrar antes del año 2000 los reactores 1 y 3 que todavía están funcionando, tras un principio de acuerdo al que por fin llegaron en diciembre.

Kiev ha pedido al Grupo (le los Siete países más industrializados (G-7) que financie la construcción de una central de gas de sustitución, la reconversión del personal, el tratamiento de los vertidos radiactivos y el reforzamiento del sarcófago construido con urgencia en 1986 sobre el reactor 4 que causó el accidente más trágico de la historia nuclear civil. El G-7 se comprometió a aportar 2.300 millones de dólares (290.000 millones de pesetas) en subvenciones y préstamos. Ucrania solicitaba entre 4.000 y 6.000 millones de dólares.

Pero los trabajos no han comenzado por falta de acuerdo sobre la financiación del proyecto. A finales de abril habrá una nueva reunión en Moscú sobre este asunto. "Esperamos ponernos de acuerdo en esta ocasión con el G-7 sobre un verdadero mecanismo de financiación", indicó Rudia. "En todo caso", agregó, "los reactores deberán seguir funcionando todavía dos años más".

Un portavoz del Organismo Internacional de la Energía Atómica, con sede en Viena, restó importancia a la ocultación de datos y valoró positivamente la "honestidad" de Ucrania al recalificar del 1 al 3 el nivel del incidente.

Además de la catástrofe de 1986, en octubre de 1991 se produjo un grave incendio en el reactor 2, que fue clausurado.

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