Autodefensa de las televisiones públicas europeas
¿Tienen sentido las televisiones llamadas de servicio público en países dominados cada vez más por el mercado de la libre competencia? ¿Cómo podrán financiarse? Preguntas como esas han obtenido respuestas de muy distinto signo por parte de directivos de cadenas y otros expertos que se han reunido en Bruselas bajo el paraguas de la Unión Europea de Radiodifusión (UER), organismo que agrupa a 65 radiodifusores de 49 países.Todas están de acuerdo en los principios. "Tenemos que jugar el papel tradicional de servicio público", señaló Albert Schaf, presidente de la UER. En una línea clara de apoyo a las televisiones públicas se manifestó también Fritz Pleitgen, director general de la West Deutscher Rundfunk, uno de los más potentes organismos públicos de radiodifusión en Alemania, quien se mostró partidario de que siga el canon por tenencia de televisores, porque de esa manera "se mantiene la independencia".
Esa forma de financiación no existe en España. RTVE, que soporta un déficit elevado, no ha estado representada por altos directivos en esta reunión: sólo ha estado presente Ana Cristina Navarro, encargada de la producción de programas institucionales de TVE.
La posición del Parlamento Europeo y de la misma UER de apoyar prácticamente a ultranza a las televisiones públicas se topa con la postura de la Comisión Europea. El titular de la Competencia, Karel van Miert, lo dejó muy claro ante los delegados de la UER: "Las reglas de la competencia no distinguen entre empresas de servicio público y empresas privadas; las cadenas públicas de televisión deben concurrir en el mercado como lo hacen las privadas".
Aunque Van Miert admitió que existan sistemas de financiación especiales para las televisiones públicas, arrojó un nuevo jarro de agua fría sobre éstas cuando señaló que el sector privado es, sobre todo, el que debe correr con la mayor parte del desarrollo de la "sociedad de la información".
Algunos de los directivos presentes han hecho otras propuestas. Jean Pierre Elkabbach, presidente de France Television, es quien se muestra más audaz. Propone lo que él llama un airbus audiovisual europeo, esto es, una gran alianza de grupos públicos y privados que haga frente a todos los problemas tecnológicos y económicos. France Television ya se ha comprometido en esta tarea y hacia ese fin se encaminan, por ejemplo, los acuerdos con la ZDF y la ARD (ambas cadenas públicas alemanas) y RTVE. También acaba de asociarse con TF-1 (la principal cadena privada francesa) para la oferta de programas y nuevos servicios que se difundirán en tecnología digital por los satélites Eutelsat.
La RAI, televisión pública italiana, parece tenerlo peor, a juzgar por las quejas de su presidenta, Letizia Brichetto Moratti. Habiendo perdido los derechos del fútbol y habiéndole sido prohibido por su Gobierno el acceso a nuevos servicios temáticos y de pago, la RAI se encuentra ahora en uno de los momentos más difíciles de su existencia. Su presidenta ha anunciado posibles acciones legales ante la Unión Europea por la cuestión de los derechos del fútbol, al tiempo que considera "una necesidad ineludible del servicio público" el acceso de la RAI a los multimedia y los servicios de pago.
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