Los países de la ASEAN se 'blindan' frente a Japón y China al acercarse a la UE
Los siete países de la ASEAN (Tailandia, Singapur, Malaisia, Indonesia,Filipinas, Brunei y Vietnam) han sido los grandes triunfadores de la cumbre Asia-Europa (ASEM), celebrada el viernes y el sábado pasados en Bangkok a la que, junto a los Quince, la Comisión Europea y la ASEAN, asistieron Japón, China y Corea del Sur. La armonía del encuentro, pese a que estaba ya anunciada, ha sorprendido a la representación europea. Funcionarios comisarios recordaban ayer en la capital tailandesa el sonoro fracaso vivido hace cinco años en Luxemburgo cuando el Consejo de Ministros de Asuntos Exteriores se reunió por primera vez con sus homólogos asiáticos.
ESPECIAL, Aquel primer encuentro quedó frustrado por los choques sobre el polémico tema de los derechos humanos y; más exactamente, la práctica inexistencia de derechos sociales entre los trabajadores de estos siete países del sureste asiático. Asia argumenta que la preocupación europea por estos asuntos esconde una estrategia económica para reducir la deslumbrante competitividad de las economías de muchos de los países de la ASEAN, sustentada en buena parte en bajos salarios en relación a Europa, práctica ausencia de cargas sociales, nulo tejido de organización ' sindical e imperio de la flexibilidad laboral."Europa aprendió la lección en Luxemburgo y las cosas se han enfocado ahora de otro Todo", dijo en Bangkok un funcionario de la UE: Ese "otro modo" se sintetiza en prescindir de los principios para acogerse al pragmatismo, seguramente la mejor táctica para conseguir ese objetivo en países en los que la promulgación de leyes es en ocasiones simbólica porque no siempre se aplican. El trabajo infantil está prohibido, pero muy lejos de desaparecer.
Relación estable
Europa instaura ante todo una relación estable y espera a que el propio crecimiento económico de estos países vaya trayendo consigo el aumento de salarios y mayor capacidad de los trabaja dores para exigir mejoras en sus condiciones, sobre todo si poco a poco se va transitando del autoritarismo político a un sistema de libertades más amplio del actual.
La Unión Europea quiere, a cambio de esa paciencia, una clarificación de la estructura económica de esos países, para que no haya problemas jurídicos ni reales sobre la propiedad de las inversiones, y que éstas no estén condicionadas a una participación mayoritaria o sustancial de capital local.
Lo que quiere Europa está por ver si se consigue con el tiempo. Lo que quieren los siete de la ASEAN es más palpable. Uno de sus principales objetivos ha sido ya logrado con la sola celebración de la cumbre y con el principal resultado del encuentro: su reconocimiento en pie de igualdad con los grandes del mundo y la plasmación de un nutrido calendario de encuentros futuros.
La ASEAN busca con su acercamiento a Europa no sólo garantías para la penetración de sus manufacturas, sino una mayor relación política y financiera que mitigue la dependencia de la influencia de los dos gigantes del área: Japón y China. Japón es, con mucho, el primer inversor en estos, países., China ejerce un dominio más, sutil: mediante la toma de posiciones dentro del tejido de estos países a través de la exportación de trabajadores y el control de sectores específicos de la economía.
La próxima cumbre de la ASEAN se ha fijado para entro de dos años en Londres. El Reino Unido quiere que a los 10 países asiáticos se añadan India, Pakistán, Australia y Nueva Zelanda. Un deseo que choca con los propósitos de la ASEAN de consolidar su posición de grupo de presión compacto y estrictamente del sureste del continente. Pero parece difícil que el Reino Unido renuncie a dar pie de igualdad a su antigua colonia, una de las economías más potentes de la zona.
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