Las ratas y el AVE
Camino del Sur. Hacia Andalucía. Hacia Cádiz. Subimos al AVE. Estoy impresionado. Y es que yo soy muy de aldea y es la primera vez que monto en el Emblema, que navego en el Buque Insignia, que galopo en Ia grupa del corcel de la Modernidad Socialista. Ponen cine y todo. Habitación con vistas. Me dan ganas de entonar aquella copla que tanto gustaba al abuelo Valle."¡Mi pueblo ya no es mi pueblo que es segundo Guasinton!¡Tie recreo y tie la hostia de una culta población!". Atrás, en Madrid, dejé a un taxista que se abría paso en la selva urbana a golpe de blasfemias y de COPE. Muy coherente. Parecía un Bakunin de derechas. Es comprensible, lo del taxista. ¿Cómo vas a estar a favor de un Gobierno después de batallar 10 horas en el infierno del asfalto?En Madrid se nota mucho la marea popular, que es una marea automovilística cabreada, de mucho claxon, y al grito de, como diría Ferlosio, pipi pipipi pipipipi pipi. El voto de izquierdas es más peatonal y más subterráneo. Por eso se oye menos. Así se explica que un alma tan delicada como Luis Racionero diga en un interesante debate organizado por Jesús Hermida (martes, Antena 3) que le asombra que "Ias ratas, en lugar de abandonar el barco, naden hacia él".
El barco era el PSOE y las ratas los votantes. Siempre leí con interés los libros sobre contracultura de Racionero. Ahora defiende con ardor al PP, no sé si por cultura o contracultura. Lo cierto es que al hedonista escritor mediterráneo se le ve ahora cabreado, raticida. Debe ser culpa del maldito tráfico.
Como si fuera consciente de que el cabreo español es, en parte, un cabreo automovilístico, de ventilador y culatas, Felipe destaca siempre los cientos de kilómetros de autovías y autopistas construidos en su mandato. Y una vez asfaltada España, anuncia las autopistas del cielo. Las autopistas de la información. Si los socialistas ganan, llevarán ordenadores y el Internet a todas las escuelas y hasta los lugares más remotos. El futuro se llama teletrabajo, telesanidad, y la gente escucha, entre recelosa y encandilada, el advenimiento del telemaná. La fórmula leninista de "electricidad + soviets", Felipe la transforma en "informática + contingentes". Y uno se imagina el próximo congreso socialista, presidido por el retrato de los apóstoles Pablo Iglesias y Bill Gates.
De todas formas, al acabar Habitación con vistas y bajar del AVE, uno no se encuentra con California, ni con Silicon Valley, ni con el segundo Guasinton. Eso sí, en Andalucía, en estos últimos tiempos, se ha incrementado notablemente el Partido de la Izquierda Escéptica y el Partido de la Izquierda Atónita. A estas izquierdas trató en Cádiz de convencer González para evitar el 3 de marzo un común Waterloo, riesgo que atribuye a la mala cabeza del general Anguita y el brigada Rejón. Donde resisten bien los socialistas es en Cataluña. Será que hay más ordenadores.
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