Barrionuevo, en la patria del toro embolado

José Barrionuevo, el candidato número cinco del PSOE por Madrid, se prodiga poco. El ex ministro procesado por presunta relación con los GAL participa en escasos actos electorales y los elegidos tienen unas características muy precisas. Ayer noche y con su comitiva de seguridad se desplazó hasta Torres de la Alameda, un pequeño pueblo de 3.777 habitantes, a 40 kilómetros de la capital, que se hizo famoso en España por defender con uñas y dientes en sus fiestas la tradición del toro embolado. El animal salía a la plaza desquiciado con sus ástas encendidas. El festejo está prohibido y dejó de celebrarse.

El ex ministro no lo tuvo tan complicado. Saltó al escenario del centro cívico del pueblo, con un aforo de 150 sillas a reventar, casi a las nueve de la noche. El público, en pie, se desató: "¡Pepe, amigo, estamos contigo!".

Barrionuevo, además de haber sido reclamado por pocas agrupaciones, cuida mucho el tipo de local en que debe intervenir. Fuentes de la Federación Socialista Madrileña reconocieron que seleccionan espacios pequeños, cubiertos y fáciles de controlar, tanto por razones de seguridad como para evitar reventadores.

Barrionuevo siguió ayer el esquema marcado por los estrategas del partido en esta campaña. Es decir, primero disertó sobre la parte negativa de este proceso, atribuible al PP, y luego resumió la positiva, o sea la del PSOE, en cuatro puntos de futuro.

Antes del discurso, el ex ministro agradeció a los vecinos y militantes de Torres de la Alameda haber reclamado su presencia con un dicho: "Los buenos amigos y compañeros son aquellos que cuando estás en una buena situación sólo acuden a ti si les llamas y si estás mal acuden sin ser llamados".

Barrionuevo pidió un minuto de silencio por las víctimas de atentados, recordó el aniversario del asesinato, el 23 de febrero de 1984, del senador Enrique Casas, y arreció contra el PP, por "mezquinos, sectarios y aprovechados" al. usar la manifestación antiterrorista de Madrid, al criticar la adhesión de Antonio Banderas al PSOE y por no aceptar las críticas contenidas en el video socialista.