González dice que el PP está enfermo de "intolerancia"
Felipe González pisó el acelerador ayer para dirigirse con vehemencia a la izquierda y advertir que la derecha empieza a mostrar "síntomas de una enfermedad: la intolerancia". En Badajoz, ante 15.000 entusiastas extremeños, aseguró que el Partido Popular "está ya sólo a tiro de piedra". En esta tierra se habló, más que en ninguna otra parte de España, de ricos y de pobres: "¿A qué ha venido aquí la derecha además de a cazar?".El mitin de ayer, en el pabellón de La Granadilla, se lleva la palma en entusiasmo, calor, aire festivo, vítores, lemas y banderolas. González dejó claro que en ese marco de aclamación se sentía "a gusto". Su amigo Juan Carlos Rodríguez Ibarra, presidente de Extremadura, le había preparado un acto a lo grande, aunque los congregados fueron los auténticos protagonistas del mitin, porque no dejaban de cantar lemas a favor de González y en contra de Aznar, ayudados por un bombo. "Felipe, machote, arráncale el bigote", le cantaban los jóvenes. Rodríguez Ibarra contestó que no habría posibilidad porque "Aznar no tiene el cuajo de presentarse ante González para un cara a cara televisivo".
Los candidatos Francisco Fernández Marugán, Alejandro Cercas y Francisco Fuentes hicieron lo suyo para caldear el ambiente y hablaron de la dignidad recuperada por los extremenos más desfavorecidos. Contó Rodríguez Ibarra que en 1983, cuando fue elegido presidente, muchos paisanos le saludaban quitándose la gorra, como habían hecho durante muchas generaciones ante los señoritos o los dirigentes políticos.
En este clima distendido, González habló más de una hora. El objetivo inicial era claro: mover el voto de la izquierda. Quizá por eso habló de los valores más queridos para los progresistas. Puso el ejemplo de los ataques sufridos por el actor Antonio Banderas y el hecho de que en una ciudad malagueña gobernada por el PP no quieran dedicar una calle a Pablo Picasso, para hablar "de lo que viene".
El líder socialista preparó el terreno de las inevitables referencias que durante este fin de semana habrá a las encuestas que publicarán EL PAIS y otros medios. "Les digo a las empresas serias que hacen encuestas que tengan rigor, porque la distancia que nos separa de la derecha está ya a tiro de piedra. No se vayan a equivocar", aconsejó.
Después vino la proclama, al afirmar que en la semana que queda para el final de la campaña ese trecho se va a superar. Para ello puso como tarea individual a cada militante y simpatizante que convenza a cuatro o cinco indecisos. "Que sepan los indecisos que la mayoría de los socialistas trabajamos, damos el callo, somos honrados". Comprendió, no obstante, que quienes tienen pensado retirarle el apoyo, tienen sus razones, que relacionó directamente con la corrupción: "Produce amargura que cuatro sinvergüenzas puedan acabar con la labor de tanta gente honrada", dijo.
González ha decidido entrar a todos los trapos, aunque dio por seguro que José María Aznar va a hacer todo lo contrario. Aun así, le contesta a todo lo que dice. Le parece muy bien que ahora apoyen las pensiones para todos, pero recuerda que no las votaron; se alegra de que en esta campaña hablen menos "del voto cautivo", en referencia a quienes perciben ayudas al desempleo y disfrutan de viajes. "Que no hagan una pintura negra de este país", pidió.
Como otros miembros de su Gobierno, González pidió a Aznar que le conteste a una pregunta: "¿Cuántas veces ha presentado el PP una denuncia contra HB?". De esta manera respondió a las críticas de Aznar sobre la actuación del Gobierno contra HB. Aznar se preguntó por qué no lo había hecho antes. González respondió que el Gobierno, entre otras iniciativas, ha pedido al fiscal que actúe 201 veces, por lo que "no ha pasado un mes que no hubiera una denuncia".
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