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Los sindicatos no consiguen movilizar otra vez a los franceses

Enric González

El movimiento sindical francés no consigue recuperar el impulso de diciembre. Las manifestaciones provinciales convocadas el sábado en numerosas ciudades fueron muy poco numerosas, insignificantes en algunos casos: 15.000. en Marsella y 8.000 en Toulouse, pero apenas unos centenares en Lille, Estrasburgo o Niza, antiguos bastiones del descontento social. Ayer, en París, el acto central de la semana reunió a menos de 20.000 personas. La de París fue una manifestación de tono festivo y relajado, muy distinta a cualquiera de las siete grandes marchas de diciembre. "Hemos obtenido una respuesta insuficiente", admitió un portavoz sindical.La semana de protesta convocada por la Confederación General del Trabajo (CGT, procomunista) y la Federación Sindical Unitaria (FSU, enseñantes de izquierda) obtuvo un eco muy discreto. Las huelgas en los centros administrativos fueron poco seguidas y pasaron inadvertidas para el público, y en las manifestaciones se notó la división de los sindicatos.

Fuerza Obrera (prosocialista), inmersa en la preparación de un próximo y conflictivo congreso, prefirió quedarse al margen. La Confederación Francesa Democrática del Trabajo tampoco secundó la protesta, aunque su federación de ferroviarios y otros grupos contrarios a la moderación de la secretaria general, Nicole Notat, optaron por desafiar a la dirección y salir., a la calle.

La CGT y la FSU insistieron en reclamar la retirada del llamado Plan Juppé sobre la reforma de la Seguridad Social, aunque el controvertido plan hubiera sido ya tan mutilado que, salvo el nuevo impuesto para cubrir el déficit acumulado, apenas quedaba nada de él. Los otros dos lemas de la protesta, "Por el derecho al trabajo y el derecho a la vida", resultaron demasiado generales. "Si el Gobierno lleva adelante su proyecto de reconversión de la industria del armamento y deja en la calle a 35.000 personas, puede recrearse el fenómeno solidario de diciembre", dijo un portavoz de la FSU. "Pero ahora la gente está cansada y aún sufre la pérdida de salarios por las huelgas".

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