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Entrevista:RICHARD NUCCIO - ASESOR DE CLINTON PARA ASUNTOS DE CUBA

"Cuba ha dado una respuesta fría y dura a la UE"

Desde que el presidente Bill Clinton le nombró, hace nueve meses, su asesor para asuntos cubanos es la tercera vez que Richard Nuccio pasa por Madrid pero la primera que da cierta publicidad a su visita. Este académico, autor de varios libros sobre México y Centroamérica, mantuvo contactos con el Ministerio de Exteriores y, sobre todo, con los democristianos europeos que, invitados por el Partido Popular (PP) español, discuten este fin de semana cómo apoyar la transición en Cuba. En la residencia del embajador norteamericano en Madrid recibió a algunos periodistas.Pregunta. ¿Hay sintonía entre España y EE UU sobre Cuba?

Respuesta. Sabemos que queremos lo mismo para Cuba, aunque para alcanzarlo no vamos por el mismo camino sino por sendas paralelas.

P. Una de las pocas divergencias en política exterior entre el PSOE y el PP es Cuba. ¿Qué tesis le parece, más acertada?

R. Saco del debate entre partidos españoles que la verdad sobre Cuba no reside en ningún lado. Constato, sin embargo, que si hay debate es que, por ahora, no se han conseguido las metas propuestas. A diferencia de Fidel Castro, que prefiere una victoria. electoral del PP, nosotros no nos inclinamos por nadie. Sobre Cuba podemos trabajar con socialistas y populares.

P. Tampoco el embargo al que EE UU somete a Cuba desde hace 34 años tiene éxito.

R. Más que antes en todo caso. El fin de la ayuda soviética a Cuba,. a partir de 1989, ha incrementado le eficacia del embargo. El régimen de Castro se ha visto desde entonces obligado a hacer cambios para evitar el colapso de su economía. Ninguno tiene carácter político y los económicos tienen un alcance muy restringido para evitar que tengan repercusiones políticas.

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P.EE UU también ha cambiado, permitiendo una cooperación no oficial con Cuba.

R. Lo puso en marcha el presidente Clinton el 6 de octubre. Se trata de ayudar al pueblo cubano fomentando los contactos entre sociedades o suministrándole ayuda humanitaría. Sin haber recibido un dólar del presupuesto federal, las ONG [organizaciones no gubernamentales] norteamericanas son ahora una las mayores donantes, con 2.900 millones de pesetas en alimentos y medicinas entregados en los dos últimos años.

P. ¿Cuál es el objetivo7

R. Intentar aliviar algo los sufrimientos de 11 millones de cubanos, pero sobre todo fomentar la aparición de una sociedad civil. Cuanto más amplia y sólida, más pacífica será la transición y más honda la democracia que se instaurará. Castro, que sigue controlando con firmeza su país, no va en ningún caso a promover la transición por pequeña que sea. Por eso no va a nombrar a un almirante Carrero Blanco ni a un príncipe Juan Carlos. Cuando estuvo en Nueva York en otoño dijo incluso que después de muerto le daba igual lo que sucediera en Cuba. No me imagino a Franco o Pinochet pronunciando frases similares.

P. Hace un año, la Unión Europea (UE) empezó a diseñar un acuerdo de cooperación con Cuba inspirado en el modelo que negoció con Vietnam. La iniativa suscitó reservas en Washington. ¿Por qué Vietnam sí, pero Cuba no?

R. Vietnam es un país con más peso económico y demográfico, que además aceptó revisar su código penal e hizo otras buenas cosas. A diferencia de Cuba, no está insertado en una región del mundo con listones democráticos tan altos. Cuba es el único país americano que no adopta pautas democráticas. El jueves pasado dije en Bruselas que confiamos en que las conversaciones que los europeos mantienen con La Habana serán útiles para acercarnos al objetivo que todos compartimos, el de una transición democrática en la isla..

P. ¿Ha arrancado la UE ' alguna concesión a Castro en sus. primeros contactos?

R. El vicepresidente Manuel Marín está ahora en La Habana y desconozco el resultado de su visita. Hasta entonces, la Unión no había conseguido nada. Ha recibido de Cuba una respuesta fría y dura. Si Cuba no va más allá de los retoques económicos será difícil, en mi opinión, que el Consejo de Ministros de la UE dé su visto bueno a un acuerdo de cooperación con Cuba. Hay Estados que no lo aceptarán.

P. Decía usted que desde 1989 el embargo es más eficaz, pero, tras el bache de 1989, la economía cubana empieza a repuntar.

R. El año pasado hubo, por fin, un cierto crecimiento. Carlos Solchaga, el hombre que intentó introducir un poco de racionalidad en la economía cubana, advierte, no obstante, que a este ritmo Cuba no alcanzará su nivel de 1989 hasta el 2005. Acaso sea un objetivo aceptable para el Gobierno cubano, pero no para el pueblo, que no percibe el inicio de la recuperación. Dudo además que el modesto crecimiento actual se pueda mantener sin reformas estructurales.

P. Un proyecto de ley, promovido por dos congresistas, Helms y Burton, pretende reforzar el embargo. ¿Lo vetará Clinton cuando se apruebe, probablemente en marzo?

R. No ha decidido aún que hará. En nuestra opinión, el proyecto va, a grandes rasgos, en una dirección equivocada. Burton y Helms buscan todavía la bala mágica para acabar con la dictadura. Se ha reintroducido además en el proyecto el título III que permite sancionar a aquellas compañías extranjeras o particulares que adquieran o inviertan en Cuba propiedades norteamericanas nacionalizadas por Castro. A las que había hace 35 años se han añadido todas las de los cubanos exiliados que han adquirido la nacionalidad de EE UU.

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