"Música y literatura coexisten en mí con formas separadas"
Elliot Murphy arrastra una larga y a veces incomprensible leyenda de malditismo. Si alguna vez se le consideró el eslabón perdido entre Dylan y Springsteen, vivió los años ochenta casi olvidado. Pero Elliot Murphy ha vuelto con gran energía y tiene una triple presencia en España durante estos días. Está en medio de una gira, que lo trae hoy a Madrid, acaba de lanzar un nuevo disco y ha publicado en nuestro país un libro de poemas y relatos.
Selling the Gold, el nuevo álbum de Elliot Murphy, es un regreso a sus primeros trabajos de los años setenta. Arropado por una serie de músicos de renombre, tiene además como invitados especiales a los Violent Femmes y la participación excepcional de Bruce Springsteen. "Nos conocemos desde hace veinte años y la última vez que vino a París me invitó a cantar con él en el escenario", comenta Murphy.
Este nuevo álbum, grabado en Bélgica, hace el número 16 de su discografía. "No es tan acústico como los últimos, este tiene mucha guitarra eléctrica y creo sinceramente que es mi mejor álbum en los últimos diez años".
"Yo siento que uno de mis mayores logros es la experiencia", afirma. "Me siento muy afortunado de haber estado allí cuando nació el rock and roll, haber visto por televisión la primera presentación de Elvis Presley, a los Beatles cuando fueron a EE UU y a Bob Dylan cuando cantaba Like a rolling stone... Mi experiencia de haber vivido la historia del rock es mi mayor influencia a la hora de componer".
Las letras de sus canciones en éste, como en sus otros discos, están bastante cuidadas, como corresponde a alguien que se dedica también a la literatura. "Cuando escribo las letras lo hago simultáneamente a la música. Cojo la guitarra y empiezo a sacar la letra", dice. "Escribir poesía es algo distinto".
Élliot Murphy, que nació y vivió en Nueva York muy ligado al nacimiento de la Velvet Underground, vive desde hace seis años en París. Dice sentirse mejor comprendido en Europa como escritor y como músico. "En Estados Unidos la gente se siente amenazada, incómoda con lo que llamamos cultura. Eso viene de la educación puritana que dice que sólo Dios puede crear, y por eso desconfían de los artistas. Un artista es un creador, pero pienso que el talento es un don, que puedes llamar divino, por lo que no hay contradicción".
Todos los relatos incluidos en su libro Donde las mujeres están desnudas y los hombres son ricos (Ediciones Celeste) han sido escritos en los últimos años en París. "La música y la literatura son dos formas de existencias completamente separadas en mí. La música. es muy emocional. y directa. Durante un concierto tienes la respuesta inmediata del público, trabajas con otros músicos, en escena, en el estudio... La literatura es una actividad muy solitaria y nadie te aplaude. Pero ambas actividades son muy importantes para mí. Aunque debo decir que, en el fondo, todo mi proceso creativo ha sido influido por escritores".
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