Trabajadores sociales vigilarán a los alumnos de 20 institutos del sur para impedir los novillos
Trabajadores sociales vigilarán de cerca a los estudiantes de la zona sur. El objetivo: evitar los novillos. En total, 20 prolesionales intentarán prevenir, a partir del próximo curso, el absentismo escolar en otros tantos institutos de las zonas más conflictivas y con mas escolares de la región. Lo anunció ayer la nueva directora provincial de Educación, Soledad Iglesias: "Nuestro objetivo es favorecer la convivencia en los centros de educación de los barrios más desprotegidos". Otra novedad: 40.000 alumnos de EGB, los mayores, estudiarán la ESO en institutos.
Los asistentes sociales trabajarán en los institutos con padres profesores y alumnos. Este juego a tres bandas permitirá a estos profesionales conocer el contexto familiar y escolar de los estudiantes. Una vez conocido el terreno, el siguiente paso es tratar de atajar los principales problemas de los alumnos: las malas notas, el absentismo escolar y los brotes de violencia. Los 20 institutos todavía no han sido seleccionados. Antes, la Dirección Provincial de Educación estudiará los datos del alumnado y las condiciones de trabajo de cada centro. "Analizaremos sobre todo los institutos más conflictivos, datos como si los alumnos se saltan muchas clases, el índice de fracaso. En definitiva, trataremos de dar apoyo y de completar el equipo de pedagogos y psicólogos de los centros más problemáticos", explicó Soledad Iglesias, que es responsable de la educación madrileña desde noviembre.
Tras el anuncio oficial, llegaron las reacciones. Por ejemplo, desde Vallecas, "una de las zonas mas abandonadas de la mano de Dios", según el director del instituto Tirso de Molina, Valeriano de la Cruz, con 1.670 alumnos a su cargo. Sobre la labor del trabajador social, el responsable de este centro señaló: "Me parece una buena solución para controlar el absentismo si se preocupan además de conocer las razones por las que se produce".
Para De la Cruz, la raíz del fracaso escolar se encuentra, la mayoría de las veces, en las dificultades que tienen algunos alumnos para relacionarse con el resto de la comunidad escolar. "No es fácil conocer por qué algunos chicos no se integran. Muchas veces el problema está en la propia familia, en el entorno. Cuando un alumno falta a clase intentamos comunicárselo a los padres, pero muchos no tienen teléfono, y algunos alumnos interceptan el correo. Así es imposible, pero si existe una persona encargada de ello todo será más fácil", relató el director del instituto Tirso de Molina.
Las 20 plazas de trabajadores Sociales se convocarán a finales de este mes.
Cambios de centro escolar Otra novedad del próximo curso será la mudanza que harán la mitad de los alumnos de sexto curso, séptimo y octavo de EGB. Unos 40.000 estudiantes cambiarán las aulas de los colegios públicos por las de los institutos, donde comenzarán a estudiar la Enseñanza Secundaria Obligatoria (ESO). En tres años, todos los alumnos de entre 11 y 13 años de la región estarán instalados en institutos. Este tiempo de espera lo justificó la directora provincial: "Hasta entonces no tendremos adaptados todos los institutos. Los niños necesitan para su nueva enseñanza aulas bien equipadas de tecnología, de plástica y música. Y tenemos que ir arreglándolos poco a poco".
El ministerio invertirá este año unos 6.000 millones de pesetas en adaptar los institutos de bachillerato a las nuevas exigencias de la ESO.
Por otra parte, alrededor de 300 personas se concentraron ayer frente al Ayuntamiento de Móstoles (199.400 habitantes) para pedir que se suspenda "de forma cautelar" el primer nivel de la ESO, previsto para el curso 1996-97, informa Susana Moreno.
Según datos de la Plataforma en Defensa de la Escuela Pública, la inmediata implantación de la ESO provocará el cierre de ocho colegios. "Además los centros se convertirán en torres de Babel porque acogerán a estudiantes de edades muy distintas y ciclos diferentes", señaló un portavoz de los profesores.
También en Alcorcón (144.850 habitantes) hubo protesta. Unos 200 alumnos del instituto Jorge Guillén se manifestaron ayer frente al Ayuntamiento de la localidad. Protestaron de este modo por tener que recibir parte de sus clases del próximo curso en otro centro (El Pinar), distante unos 10 minutos, informa Francisco J. Barroso.
Tu suscripción se está usando en otro dispositivo
¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?
Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.
FlechaTu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.
En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.
Sobre la firma
Archivado En
- Institutos
- ESO
- Absentismo escolar
- EGB
- Educación primaria
- Estudiantes
- Educación secundaria
- Rendimiento escolar
- Comunidades autónomas
- Enseñanza general
- Comunidad educativa
- Política educativa
- Administración autonómica
- Calidad enseñanza
- Centros educativos
- Comunidad de Madrid
- España
- Sistema educativo
- Administración pública
- Educación