Sencillez y fuerza
Alma gitanaDirección: Chus Gutiérrez. Guión: Gutiérrez, Joaquín Jordá, A. Conesa, J. Córdoba. España, 1995.
Intérpretes: Amara Carmona, Pedro Alonso, Peret, Loles León, El Brujo. Madrid: Canciller, Liceo, Renoir, Princesa.
Debido a que el cine es una compleja mezcla de arte e industria, con cierta regularidad se producen casos tan curiosos como el de Chus Gutiérrez. Después de hacer en completa libertad, pero con muy poco dinero, Realquiler (1992) y Sexo oral (1994), sus dos primeros y fallidos largometrajes, consigue rodar la muy atractiva Alma gitana, un encargo con bastante más presupuesto.
Tras un desafortunado comienzo, que sobra por completo, un bloque de cortas escenas que poco tiene que ver con el resto de la película, Chus Gutiérrez desarrolla con cuida-da destreza, en una narracion realista con eficaz planificación, una sencilla historia de amor prohibido entre una gitana y un payo.
En esta nueva versión puesta al día de Romeo y Julieta, la calidad reside en su simplicidad, en la fuerza que Chus Gutiérrez sabe darle y en su habilidad para huir de los tópicos. Lo que, entre otras cosas, le permite dar una nueva y realista visión de Madrid, alejada de la que suelen dar las películas de estos últimos años. El choque entre la gitana, que estudia restauración y está prisionera de las costumbres ancestrales de su pueblo, y el payo, un camarero del bar del Senado que quiere ser bailarín, está perfectamente dado, marcado por el realismo y lejos de los tradicionales estereotipos.
Chus Gutiérrez se mueve con gran soltura en una narración en la que intercala con gracia algunos números musicales, que estan bien rodados, y ambientes un tanto exóticos, como la reunión de testigos de Jehová y una boda gitana, pero que dejan de serlo al ser captados con su eficaz estilo realista.
Dentro del brillante conjunto destaca el excelente trabajo de los actores. Tanto de famosos secundarios, como Peret, Julieta Serrano o Saturnino García; como, en especial, de los dos desconocidos protagonistas.
Buena parte del atractivo de Alma gitana reside en el buen trabajo de Chus Gutiérrez con los debutantes Amara Carmona y Pedro Alonso, a los que no es difícil augurar un brillante porvenir. En especial, en aquellas escenas, como los diálogos entre las tres amigas, a medio camino entre el trabajo elaborado y la improvisación total.
Babelia
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