Conde exterior
EL JUEZ Manuel García-Castellón, que instruye el caso Banesto, ha encontrado una mina informativa en Suiza que puede determinar el futuro de la investigación de los presuntos negocios ilegales de Mario Conde antes de que se proceda a la apertura del juicio oral. La comisión rogatoria que estos días se ha trasladado a Lausana para investigar las conexiones del ex presidente de Banesto con sociedades domiciliadas en el extranjero ha descubierto que una de las personas interrogadas, el abogado Paolo Gallone, era un testaferro del ex banquero. García-Castellón y su colega suizo, el juez Antenen, lo tuvieron fácil: Gallone confesó, sin demasiadas dudas, que actuaba como mero hombre de paja de Conde.Gallone, cuyo oficio principal es gestionar fortunas en Suiza -ocupación absolutamente legal, por sorprendente que sea tal denominación-, figuraba como administrador de las empresas Jamuna, Zenith, Karíeko e Ina Finance (anteriormente, Asni Investment), compañías que han tenido relación comercial con el grupo Euman-Valyser, ligado a Mario Conde y que se ha beneficiado de su relación con Banesto. Las declaraciones de Gallone han puesto de relieve algo que por deducción ya conocíamos gracias al trabajo de los peritos judiciales (inspectores del Banco de España) y de los equipos de inspección de la Agencia Tributaria. Esto es, que Mario Conde organizó una trama para extraer dinero de manera ilícita a través de operaciones fraudulentas y lesivas para los accionistas de Banesto. En esa trama, Gallone ha situado directamente a dos personas que no están entre los querellados: el abogado particular de Mario Conde, Mariano Gómez de Liaño, y el ex presidente de Asturiana del Zinc Francisco Sitges.
El preámbulo que hizo Gallone ante lo0s jueces
Antenen y García-Castellón ayer en el Tribunal Cantonal de Vaub (Lausana), antes de someterse a todas las preguntas sobre las relaciones entre las Sociedades suizas y Mario Conde y sus amigos, es la mejor escenificación de las maneras del ex banquero y sus colaboradores. Gallone, además de declararse testaferro de Conde, denunció que había sido objeto de "graves amenazas" emanadas de sus antiguos clientes -Conde y compañía-, y para subrayar que hablaba en serio hizo este gesto: se llevó la mano derecha a la garganta y se la pasó por ella como si fuera la hoja de un cuchillo.
Parece que todas las sospechas se han desvelado y que la trama extranjera de Conde ha quedado al descubierto. Inmersos en ella aparecen algunos de sus más directos colaboradores, comenzando por su particularísimo abogado Mariano Gómez de Liaño, que, sin solución de continuidad, tan pronto nos aparece convenciendo al juez Moreiras de la inocencia de su defendido como de copartícipe en sus sustanciosos negocios. Habrá que esperar a ver lo que dice el ex banquero ante testimonios tan comprometedores. Será difícil que pueda escapar a una nueva acusación de fraude fiscal si realmente se confirma la paternidad de las empresas que manejaban dinero por encima de los 3.000 millones de pesetas fuera de España. Para poner las cosas claras ha ido el juez García-Castellón a Suiza. Y allí ha encontrado" a lo que se ve, un auténtico filón, contado además en primera persona.
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