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El alcalde ofrece a las inmobiliarias hacer negocio con la reforma del casco histórico

José Manuel Romero

Las inmobiliarias de Madrid quieren sacar tajada del casco histórico. Tras mostrar su interés por las viviendas que se levantarán en los nuevos barrios de las afueras, los promotores se han fijado ahora en los pisos que se caen de viejos en el centro. Los privados podrán colaborar en el plan de rehabilitación de esta zona, según el acuerdo que firmaron ayer con el Ayuntamiento. "La iniciativa privada no interviene con interés si no hay un beneficio económico", aclaró, por si existían dudas, Javier García Valcárcel, presidente de la asociación de promotores inmobiliarios de Madrid.

"Para perder no entramos, nos tienen que salir los números", dicen los promotores

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Valcárcel resumió en una frase el afán de los promotores inmobiliarios madrileños: "Para perder dinero no entramos, porque nos tienen que salir los números". El gobierno municipal, del PP, les abrió ayer las puertas del negocio de la rehabilitación para que la iniciativa privada ayude con las obras de recuperación del casco histórico. Desde hace un año, las tres administraciones públicas -Estado, Comunidad y Ayuntamiento- mejoran las plazas, las calles y las viviendas del centro de la ciudad.Si no hay beneficios claros, los promotores inmobiliarios no aparecerán con sus obreros y máquinas, según reconoció ayer Ignacio del Río, concejal de Urbanismo: "Sólo van a rehabilitar los inmuebles donde vean rentabilidad. Pese a esta limitación, el dirigente del PP -"soy un liberal convencido" -alabó el acuerdo institucional firmado con los promotores privados.

Del Río puso el ejemplo de un inmueble ruinoso en el centro histórico que adquiere cualquier inmobiliaria y que, tras ser resucitado con dinero privado, es vendido por los promotores a precio libre.

En este negocio redondo, los expertos inmobiliarios advirtieron ayer un problema: los inquilinos que ocupan el bloque ruinoso. Y una solución: "Hay que aplicar una política eficaz de desalojos y realojos y flexibilizar la normativa", dijo García Valcárcel.

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Yo realojo, tú ganas

El concejal de Urbanismo resolvió este inconveniente: "El Ayuntamiento realojaría a los vecinos de esos inmuebles en viviendas municipales. Pero sólo hasta que los promotores acabaran su obra".

La receta del edil abrió nuevas interrogantes:

-¿Y los privados qué ponen? -le preguntaron.

-Ellos se comprometen a realojar a los antiguos inquilinos cuando terminen los trabajos -dijo el concejal.

-¿Y qué ganan entonces los promotores?

-Las viviendas que queden libres, las pueden vender.

-¿Y por qué no lo hace el Ayuntamiento de Madrid para conseguir más casas para realojar a gente necesitada?

-Porque no tiene dinero.

El edil Del Río reconoció ayer que, con esta fórmula para atraer a las inmobiliarias, los privados invertirán en los bloques ruinosos que tengan muchas viviendas vacías y, por tanto, de fácil rentabilidad.

El gobierno municipal aprovechó ayer una visita por las plazas del casco histórico para animar a la iniciativa privada. Los concejales buscaban a Javier García Valcárcel para mostrarle la nueva cara de algunos inmuebles cuyas fachadas han sido revocadas con dinero público. Las vecinas, atropelladas por la tropa municipal, no sintieron la presencia de los empresarios del ladrillo. Tan sólo echaron sus ojos al alcalde. Su presencia, imprevista, las inquietó:

-¿Por qué ha venido?

-Estamos poniendo Madrid precioso -respondió el alcalde.-Pues a ver si llegan a [la calle] Amaniel, que está hecha una pena.

-Yo llego a lo que puedo.

Por detrás, otras inquilinas rezaban: "Otro alcalde como este no lo hay. La gente de por aquí le quiere mucho".

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