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Los grupos integristas degüellan en Argelia a cinco mujeres y una niña

Cinco mujeres y una niña, familiares de policías y de la Guardia Comunal Voluntaria, fueron degolladas el pasado sábado en una zona rural del este de Argelia, en la provincia de Jijel. La noticia fue difundida ayer por el periódico en lengua árabe Al Jabar, coincidiendo con el primer aniversario del atentado contra la comisaría central de policía de Argel, que se saldó con 42 muertos y más de 50 heridos.

La muerte llegó a Uyana, un pequeño pueblecito de la provincia de Jijel, con la puesta del sol. Los vecinos se habían encerrado ya en sus casas para celebrar el ftur y comer la tradicional chorba (cocido) con la que durante el mes sagrado del Ramadán se suele poner fin a todo un día de ayuno. En ese momento, un grupo de guerrilleros integristas irrumpió en el poblado, saqueó las casas y se llevó como rehenes a cinco mujeres y una niña.Los cuerpos mutilados de todas ellas fueron localizados horas más tarde por los vecinos, en un descampado próximo al caserío. En los alrededores, en el término municipal de Uled y Tafer, se había registrado en la semana anterior un incidente similar, que se saldó con el secuestro y el asesinato de otras dos mujeres.

Mucho, más al este, en la provincia de Anaba, a unos 600 kilómetros de Argel, la violencia integrista se ha cebado también sobre las mujeres, según el periódico Le Matin. En esta ocasión, el suceso tuvo como escenario la aldea de Ain Barbar, donde un comando secuestró a ocho mujeres. El secuestro tiene sin duda como finalidad facilitar a los combatientes el matrimonio por placer, un singular contrato temporal de casamiento utilizado habitualmente por los guerreros shiíes, que ha venido siendo asiduamente practicado por los grupos integristas radicales argelinos.

Esta violencia anclada, sobre todo ahora, en determinadas zonas rurales de Argelia contrasta con la aparente tranquilidad de las grandes urbes, especialmente en la capital Argel. Desde hace 10 días, la ciudad, al igual que otras nueve provincias del país, ha recuperado sus noches, al suspenderse temporalmente el toque de queda vigente desde hace más de tres años. Las calles se animan a partir de las ocho de la noche, los comercios permanecen con las puertas abiertas hasta altas horas de la madrugada y las mezquitas aparecen tan llenas de gente que decenas de fieles se ven obligados a orar en las aceras.

Ayer, muchos argelinos se acercaron, dando un paseo, hasta la comisaría central de la policía, en la avenida del coronel Amiruch, destruida hace exactamente un año por un coche bomba suicida. El edificio ha sido totalmente reconstruido, en medio de un bosque de bloques de cemento, colocados estratégicamente en la calzada, para bloquear e impedir de nuevo el ataque de un vehículo cargado de explosivos.

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