La solucton pasa por el quirófano
Una vez que el niño ha nacido con un problema de intersexo, ya sólo cabe la cirugía y su futuro depende ya de lo que consigan manos expertas como las de Carme Piró Biosca, del equipo de cirugía de Vall d'Hebron. Por sus manos han pasado decenas de estos niños y la solución, en la mayoría de los casos, no ha sido fácil: "En el caso de la niña masculinizada", explica, "el sexo interno es femenino, pero suele presentar un clítoris muy grande, con forma de pene, que termina incluso con la salida del conducto urinario. Los labios mayores parecen bolsas escrotales, pero están vacías porque no tiene testículos. Normalmente tiene vagina, pero no desemboca en el periné: muchas veces queda muy alta y está cerrada al exterior". En este caso, la solución está generalmente clara: hay que reconvertirla a la niña que es."Primero reducimos el pene y cortamos los cuerpos cavernosos de manera que conserve parte del glande para hacer la función de clítoris. Esto es muy. importante porque de ello depende la futura sensibilidad sexual. Después abrimos el conducto de la vagina. Si está muy alta, la completamos hasta el periné, revistiéndola con la piel sobrante del pene".
En el caso del niño mal masculinizado, en cambio, la decisión es mucho más delicada. "Genéticamente es niño, pero muchas veces no tiene pene o lo tiene diminuto. Y los testículos están muy atrofiados", explica Carme Piró.
"Si no hay pene ni cuerpo cavernoso, no se puede hacer nada. Si hay algo, se intenta un tratamiento con testosterona que estimule su crecimiento. Si responde, se conserva el sexo para intentar desarrollar más adelante un pene mayor. Si no responde, aconsejamos pasar al sexo femenino". La decisión, siempre difícil, corresponde, en cualquier caso, a los padres.
"Si deciden que sea niña, el pene se reconvierte a clítoris y se extirpan los testículos. Más adelante intentaremos construir una vagina, porque muchos de estos niños pueden tener un resto vaginal. En ese caso, tomamos una parte de intestino bien vascularizada y hacemos una vagina ciega".
Un tratamiento hormonal en la pubertad permitirá que desarrollen una morfología femenina. Si todo va bien y reciben la ayuda psicológica adecuada, estos niños crecen y viven como mujeres.
