Un espejo ante el horror

El rufián en la escalera

De Joe Orton (1964-1966).

Traducción de Eduardo Recabarren y Beatrice Binotti. Intérpretes: Ana Torrent, Ángel Alcázar, Juan Diego Botto. Escenografía y vestuario: Cristina Rota. Sala Mirador.

Valle ponía unos espejos deformantes ante la vida; Joe Orton pone un espejo normal y sencillo ante una vida miserable, deformada en su propia realidad, y unos personajes trágicos, de los que aparecen muchas veces en las crónicas de sucesos, con las características especiales del bajo Londres. Así es El rufián en la escalera, que traducen y representan artistas del Estudio de Cristina Rota. Quizá algo demasiado fuerte para ellos, aunque se asiste con interés a la representación.Es la primera obra de Orton: la escribió primero para la radio, en 1964: dos años más tarde pasó al teatro: al mismísimo West End, donde ya habían triunfado otras obras suyas y habían hecho estremecer al público de la excelente clase media, que veía así cómo vivían los demás. Cómo vivía el propio Joe Orton, que apenas acababa de cumplir los treinta años cuando le asesinó, en suceso típico de prensa sensacionalista, su amante homosexual. En estos ottos treinta y tantos años transcurridos, la obra no ha perdido ninguno de sus dolo res y de sus ironías macabras entre un trío donde el asesina to y la prostitución son sola mente un fondo natural para el diálogo. Lo han adaptado bien, con referencias españolas y actuales, personajes mismos de este grupo, que parece muy compacto y que quiere convertir la sala El Mirador en un punto intelectual de Madrid.