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La justicia francesa investiga al mayor grupo de la lucha contra el cáncer

Enric González

La Asociación para la Investigación sobre el Cáncer (ARC) de Francia y su presidente, Jacques Crozemarie, no dejan de asombrar a sus tres millones de afiliados ni al juzgado de París que ayer decidió poner en marcha una investigación por abuso de confianza, complicidad, ocultación y falsificación en relación con Ia gestión de la esta organización, la principal en la lucha contra el cáncer en Francia. Hace dos semanas, el Tribunal de Cuentas anunció que ARC gastaba en publicidad unos 10.000 millones al año, lo que constituía el 78% de sus ingresos, y sólo 3.000 millones en financiar la investigación. Ayer, el diario Libération reveló que Jacques Crozemarie -muy popular porque aparecía en todos los anuncios de ARC- no vivía de su pensión de jubilado, como afirmaba, sino que percibía 700.000 francos anuales (casi 17 millones de pesetas) de una sociedad fantasma vinculada a ARC.Los 700.000 francos anuales fueron pagados a Crozemarie, entre 1990 y 1993, por una sociedad llamada Andara y radicada en Nueva York. Andara, sin oficinas ni actividad conocida, está presidida por la ciudadana norteamericana Danielle Pihl, accionista de, una sociedad llamada Sipim, donde comparte plaza en el consejo de administración con el ciudadano francés Denis Baumont. Este último es presidente de otra sociedad, Sotafi, investigada por el Tribunal de Cuentas ante la sospecha de que sea utilizada para extraer fondos de ARC de forma fraudulenta.

Sotafi es una sociedad dedicada, en teoría, al comercio metalúrgico. Sin embargo, es la proveedora de papel para el boletín y los prospectos de ARC. En un informe, el Tribunal de Cuentas francés señala: "El papel es importado de Italia o España por una empresa que lo revende a una sociedad de comercialización de tubos y metales [Sotafi] sin ninguna actividad en el ramo del papel ( ... ) El papel no sufre ninguna transformación ni tratamiento entre el productor y el impresor, por lo que [Sotafi] parece ser un intermediario sin causa real".

Pago por un estudio

Sotafi hizo en 1993 una transferencia de 37.000 francos a Crozemarie, que éste justificó ante el juez que investiga el caso como "pago por un estudio". El presidente de ARC alegó desconocer que Sotafi era proveedora de la asociación contra el cáncer. La extraña intermediación papelera de Denis Baumont y Sotafi se explicaría si ésta no fuera otra cosa que un mecanismo para cargar un sobreprecio a ARC, del que se beneficiaría, entre otros, el presidente de la asociación benéfica, Jacques Crozemarie. Eso era lo que sugería Libération.Crozemarie afirmó, sin embargo, a través de su abogado, que los 700.000 francos anuales correspondían a los beneficios de un negocio. "de implantación de cabello" creado en EE UU junto a Danielle Pihl, y demostró que esos ingresos habían sido declarados a Hacienda.

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