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México detiene y entrega a Estados Unidos a su principal narcotraficante

La policía mexicana ha dado un golpe devastador a una de las bandas de narcotraficantes más poderosas de México. Juan García Ábrego, jefe del cartel del Golfo, y uno de los delincuentes más buscados del mundo, fue detenido el domingo en Monterrey (norte del país) y deportado ayer a Estados Unidos. La Procuraduría General de la República (Ministerio de Justicia) confirmó la inmediata expulsión por vía aérea del capo, de nacionalidad estadounidense, tras un breve traslado al Distrito Federal.

El, Departamento de Estado norteamericano aplaudió la fulgurante entrega, que es vista en Washington como un síntoma de la colaboración que ambas naciones mantienen en su lucha contra el tráfico de estupefacientes, especialmente cocaína.García Ábrego, de 51 años e hijo de un antiguo contrabandista de alcohol y electrodomésticos en la zona fronteriza con Estados Unidos, comenzó sus andanzas hace una década. En pocos años fue capaz de ex tender los tentáculos de su organización, con base en Matamoros (en el Estado de Tamaulipas), a varios Estados de México y de consolidar sus relaciones con el hoy casi desmantelado cartel colombiano de Cali. Siempre prefirió las sutiles maneras de este grupo a las del cartel de Medellín, que lideraba el fallecido Pablo Escobar, muerto a balazos en 1993.

Semejante crecimiento del cartel del Golfo no fue sólo fruto de la habilidad de García Ábrego o de su carácter temerario. La complicidad de algunos políticos y la innegable implicación en el narcotráfico de cuerpos policiales carcomidos por la corrupción -algunas asociaciones privadas estiman que los traficantes gastan 500 millones de dólares (60.000 millones de pesetas) anuales en sobornos a funcionarios mexicanos- también fueron imprescindibles para que este capo llegara a controlar alrededor del 30% de la cocaína que aterriza en EE UU.

La policía calcula que sólo esta organización ha introducido más de 5.000 toneladas de pasta de cocaína en el voraz mercado del norte desde 1985. Los ingresos anuales del cartel del Golfo por esta actividad ilícita rondan los 20.000 millones de dólares (dos billones y medio de pesetas), la misma cantidad que EE UU prestó a México para ayudarle a superar la crisis financiera del año pasado.

Situación de impunidad

Pero la situación de impunidad en que se movían los narcos en pasados años parece estar dando un giro radical. Desde la llegada al poder del presidente Ernesto Zedillo y del procurador Antonio Lozano, de un partido de la oposición de derechas, el goteo de detenciones es continuo.La Procuraduría mexicana había estrechado el cerco sobre el cartel del Golfo en los últimos meses. Media docena de lugartenientes del capo detenido anteayer fueron encarcelados tras diferentes operaciones policiales. El propio García Ábrego sentía la presión. Fuentes de la PRG confirmaron recientemente que el cabecilla de esta organización norteña de narcos intentó a menudo negociar su entrega a las autoridades a cambio de que se respetara a su familia, parte de su fortuna y de que no fuera entregado a EE UU. La negociación no fructificó.

La captura de García Ábrego, el décimo delincuente más buscado en EE UU por la policía federal, FBI, llega después de las aprehensiones, el año pasado, de otros importantes y sanguinarios narcos mexicanos.

Nicholas Burns, portavoz del Departamento de Estado de EE UU, no ocultaba ayer su satisfacción por la detención: "El Gobierno de Estados Unidos celebra el arresto y deportación de García Ábrego como un importante avance en la lucha contra el tráfico internacional de drogas". La ofensiva contra el narcotráfico, no es ajena, según los analistas, a la presión que EE UU ejerce sobre las autoridades mexicanas, al igual que sucede en varios países de América Latina. Washington vendió a finales del año pasado 12 helicópteros al Gobierno de Zedillo para combatir el trasiego de cocaína.

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