Yeltsin: "Hay que exterminarlos"

El presidente Borís Yeltsin dio una frívola, contradictoria y poco fiable explicación para justificar la operación militar iniciada ayer por la mañana con el fin de exterminar al comando checheno que retenía a un centenar de rehenes en la localidad daguestana de Pervomáiskoie. En los jardines del Kremlin, tocado con un gorro de visón y con el graznido de unos cuervos de rumor de fondo, el líder ruso manifestó ante la televisión que la operación había sido "muy, pero que muy bien preparada".La aparición de Yeltsin contrastó con la ausencia del jefe del Gobierno, Víktor Chernomirdin, quien, alegando un resfriado, se abstuvo de acudir a la reunión dedicada a esta crisis que Yeltsin mantuvo con el jefe del Consejo de Seguridad, Oleg Lóbov; el ministro de Defensa, Pável Grachov, y representantes de los ministerios de orden público. El jefe del Gabinete abogó la semana pasada por una solución pacífica a la toma de rehenes llevada a cabo por los lobos grises de Salmán Radúiev en Kizliar y se distinguió por resolver pacíficamente una situación análoga protagonizada por otro comando checheno en Budiónnovsk en junio pasado.

Las imágenes e informaciones varias que llegaban de Pervomáiskoie indicaban que las tropas federales no controlaban los desplazamientos en el interior del pueblo y que la visibilidad era escasa. Sin embargo, Yeltsin, moviendo el cuerpo de un lado a otro como un cazador al acecho de una presa, dijo que en el despliegue participaban 38 francotiradores (rusos) y que cada uno de ellos tenía asignado el seguimiento de un objetivo. El presidente no explicó cómo era posible compaginar tal cosa con el "humo" que "se ha provocado en las calles para dar oportunidad de huir a los rehenes".

Población civil

Yeltsin esperaba que la operación concluyera ayer mismo, cosa que no parecía verificarse. "Cuando se sepa que toda la población civil ha abandonado Pervomáiskoie, hay que exterminarlos [a los guerrilleros]", dijo el líder ruso, según la agencia Itar-Tass.Según Yeltsin, los representantes federales advirtieron dos veces a los guerrilleros para que aprovecharan su última oportunidad de liberar a los rehenes a las siete de la mañana, pero éstos no habían respondido. Después, Dudáiev habría ordenado comenzar el fusilamiento de los rehenes, dijo Yeltsin, quien no indicó si la operación supone el comienzo de una nueva ofensiva contra el líder independentista.

La explosiva situación en el norte del Cáucaso puede ensombrecer la sesión inaugural de la Vª Duma Estatal de Rusia, que se celebra hoy en Moscú. Ayer, Anatoli Lukiánov, dirigente del Partido Comunista, la formación con más diputados en la Cámara baja, dijo que las "irresponsables" acciones militares rusas pueden provocar el comienzo de una guerra en el Cáucaso.