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GUERRA EN EL CÁUCASO

Moscú no logra aplastar al comando checheno tras un masivo ataque aéreo

Pilar Bonet

El Kremlin subestimó ayer de nuevo la capacidad de resistencia de los independentistas chechenos al lanzar un temerario asalto contra la localidad daguestana de Pervomáskoie para exterminar al comando de guerrilleros de Salmán Radúiev, que mantenía a centenar de rehenes en su poder. La operación, iniciada poco después de las nueve de mañana, debía haber concluido a la una de la tarde (dos horas menos en España), según los planes del Servicio Federal de Seguridad (SFS), pero anoche no había alcanzado, aún su objetivo y las informaciones sobre el número de víctimas eran bastante confusas.

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Las autoridades rusas mantuvieron a los informadores prudentemente alejados de la batalla, cuyas llamas fueron percibidas a más de un kilómetro de Pervomáiskoie. Altos mandos militares implicados en el ataque manifestaron a la agencia Interfax que estaban dispuestos a continuar la limpieza durante toda la noche si era preciso, y dieron por terminada la operación principal, aunque oficialmente sólo hay ocho guerrilleros prisioneros y nueve rehenes liberados. El escenario del enfrentamiento se mantenía iluminado por medio de bengalas para combates en zonas de poca visibilidad y aparentemente el grueso de los chechenos y los rehenes se habría replegado al interior de un edificio.El suceso amenaza con crear una crisis de gran envergadura para el Kremlin, no sólo porque la guerra podría extenderse por el Norte del Cáucaso, sino también porque la Duma Estatal, la Cámara baja del Parlamento, podría inaugurar hoy la legislatura con una moción de censura contra el Gobierno, si el grupo Yábloko persevera en las intenciones expresadas ayer por su líder, Grigori Yablinski, y a ellas se les suman los comunistas, que forman la mayor fracción de la Duma, y algunos grupos menores. Una moción de censura, que requiere mayoría simple de los 450 diputados de la Cámara, no obliga a Yeltsin a reaccionar, pero supondría un importante revés para el líder ruso, que volvía a apostar ayer por el amor al riesgo que le ha caracterizado en el pasado.

Las autoridades alegaron que el asalto había comenzado después del fusilamiento de seis ancianos daguestanos, que se acercaron al pueblo a parlamentar, y seis policías que estaban voluntariamente como rehenes. En lo que se refiere a los agentes, esta información fue desmentida por un portavoz del SFS. El supuesto fusilamiento de los ancianos, por otra parte, resulta más que dudoso, ya que el respeto por los mayores forma parte de las tradiciones más arraigadas entre los pueblos del Cáucaso.

Los datos sobre el número de víctimas son dispares. La agencia Interfax señalaba que 60 miembros del comando de Radúiev habían muerto, diez rehenes liberados y no hubo bajas mortales entre las tropas federales, aunque sí siete heridos. El Ministerio del Interior aseguró que eran cuatro los soldados muertos y que nueve rehenes habían sido liberados.

La versión oficial rusa insistía en que la refriega era posterior a dos circunstancias. Por una parte, los rusos habrían exhortado en vano a los guerrilleros al diálogo mediante altavoces y, por la otra, los chechenos habrían recibido un telegrama de Dudáiev ordenando el fusilamiento de los rehenes. Sin embargo, un portavoz checheno negó que los rusos hubieran intentado dialogar y responsabilizó de las refriegas a las tropas federales, e instó a los daguestanos a no creer la "propaganda federal". Una mujer, a la que los chechenos mantenían como rehén, pidió después dramáticamente a los rusos que "no maten a su propia gente".

Los asaltantes hicieron un despliegue combinado. Por tierra utilizaron artillería y carros de combate y por aire helicópteros y aviones. Un alto cargo de la aviación militar rusa informó que los aviones sólo realizaron misiones de reconocimiento para tratar de localizar posibles refuerzos chechenos hacia Pervomáiskoie. En esta lo calidad podrían haber tenido lugar combates cuerpo a cuerpo entre soldados federales y los lobos solitarios de Radúiev, ya que según los rusos, tropas de intervención especial antiterrorista habían entrado en el pueblo. Los bombardeos rusos proseguían anoche cerca de la frontera chechena con objeto de impedir la llegada de refuerzos a las huestes de Radúiev.

Bloqueo informativo

Los dirigentes rusos están decididos a limitar las informaciones procedentes de Pervomáiskoie, y especialmente las que se refieren al número de víctimas inocentes en la operación de exterminio de los guerrilleros. Equipos de Médicos Sin Fronteras y de la Cruz Roja Internacional vieron ayer bloqueado su paso al desgraciado pueblo en la frontera entre Daguestán y Chechenia.

Sin embargo, un total de 15 ambulancias daguestanas penetraron en Pervomáiskoie, lo cual indica que las refriegas pueden haber sido muy sangrientas. El director del vecino pueblo de Aksai, donde está el hospital más próximo a Pervomáiskoie, dijo que no se había recibido ni un solo herido. Los militares, a su vez, aseguraban enviar a los heridos a Grozni, la capital de Chechenia.

La falta de precisión y las contradicciones que caracterizan las informaciones rusas, contrastan con el detalle del Ministerio del Interior a la hora de describir un supuesto incidente que podría servir al jefe del Servicio Federal de Seguridad, Mijaíl Barsukov, para recibir una condecoración. Al saber que los ancianos habían sido retenidos, Barsukov se habría dirigido personalmente en su coche hacia Pervomáiskoie para parlamentar con los guerrilleros y habría sido tiroteado por el camino.

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Sobre la firma

Pilar Bonet
Es periodista y analista. Durante 34 años fue corresponsal de EL PAÍS en la URSS, Rusia y espacio postsoviético.

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