El cine francés alcanzó en 1995 el 40% de su mercado interior
Crear una distribución europea objetivo principal del Festival de Avoriaz
El cine francés ha acabado el año en plena euforia. El 40% del mercado interior (supone haber recuperado diez puntos respecto a la mala cosecha de 1994) corresponde a la propia producción, que sigue siendo la única que, parapetada ideológicamente tras la famosa "excepción cultural" y comercialmente en sus acuerdos con Canal Plus, es capaz de plantar cara al cine de Hollywood [el cine español tuvo un 7% de su propio mercado en 1994 y alrededor de un 10% en 1995].
"No creo que convenga hacer filmes europeos, pero sí de Europa, porque no creo que nuestro problema sea la producción continental, sino la distribución", explica Daniel Toscan du Plantier, productor, máximo responsable de UNIFRANCE -organismo que se ocupa de la promoción exterior del cine galo- e impulsor de la transformación del Festival de Avoriaz. Creado en 1973, en una estación de esquí situada a 1.800 metros de altura y en el corazón de los Alpes, el festival estaba especializado en cine fantástico. El, predominio americano en el género, su deriva hacia el llamado gore y la importante competencia que suponía Sitges han hecho que hoy Avoriaz sea un certamen no competitivo, dedicado a presentar una selección de filmes franceses producidos los últimos tres meses."Todo parte de una constatación: tenemos unas estructuras de producción que han alcanzado un buen nivel de desarrollo industrial, pero el trabajo de distribución lo seguimos realizando artesanalmente. Hay que mirar hacia EE UU y ver cómo actúan ellos. ¿Qué es una major? Sencillamente una compañía capaz de asegurar la difusión de sus productos en todo el mundo y los franceses y los europeos en materia de cine, no somos capaces de hacerlo", constata Toscan du Plantier.
De ahí que se invite a Avoriaz a 80, distribuidores de distintos países: Alemania, Bélgica, Bulgaria, Rusia, Dinamarca, España, Estonia, Finlandia, Reino Unido, Grecia, Hungria, Islandia, Italia, Noruega, Holanda, Polonia, Portugal, República Checa, Rumania, Serbia, Eslovenia, Suecia, Siaiza y Turquía. "El futuro, el presente ya en buen parte, pasa por la venta de las películas para que sean difundidas por todas la vías de la televisión. Pero para lograr eso antes hay que pagar por estar en los cines, que son los únicos que garantizan una publicidad eficaz", señala Du Plantier.
Tricicle
Esta edición de Avoriaz se ha abierto con el estreno en Francia del último Antonioni, Más allá de las nubes, o cómo la cámara es capaz, con su mirada y movimiento, de contar lo que escapa a las palabras. También incluye entre sus títulos una cinta española o, mejor dicho, una coproducción, Palace, la película del Tricicle. El resto son novedades estrictamente francesas, entre ellas las muy interesantes Sale gosse, de Claude Maurieras; En avoir (ou pas), de Laetitia Masson, y Le Journal d'un seducteur, (le Danielle Dubroux.Su recielaje ha permitido asociar el festival a otras operaciones de promoción francófona, como es la entrega de los premios César. En Avoriáz se anunció ayer quiénes son los candidatos al equivalente galo del Oscar de Hollywood. El filme más veces seleccionado -11- es Nelly et monsieur Arnaud, que figura en casi todas las categorías importantes mejor filme, director, actores, guión, secundarios, así como en las consideradas menos populares, es decir, las técnicas. Las otras grandes favoritas, después del muy hermoso y clásico filme de Claude Sautet, son L'Hussard sur le toit, la superproducción del año, y La haine, el polémico y provocador debú de Mathieu Kassovitz. Un poco más lejos del trío está La cerémonie, de Claude Chabrol, y luego figura Le bonheur est dans le pré, de Ettíenne Chatiliez y con Carmen Maura como una de las intérpretes y candidata al César al mejor papel secundario. Felpudo maldito, de Josiane Balasko, tiene cinco candidaturas.
Babelia
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