Los rusos cercan con artillería al comando checheno atrincherado con más de 300 rehenes
Las tropas rusas, decididas a impedir un nuevo triunfo militar y propagandístico de los independentistas chechenos, acumulan fuerzas de élite antiterroristas, carros de combate y artillería en tomo a los guerrilleros chechenos de Salmán Radúiev, atrincherado con más de 300 rehenes en el pueblo de Pervomáiskoie, cerca de la frontera entre la región autónoma de Daguestán y la República de Chechenia. Mientras, desde la zona llegaban contradictorias informaciones sobre la muerte de un rehén que intentó fugarse tras arrebatarle el arma a un guerrillero, que también murió.
En Daguestán se escuchaban cada vez más voces que llaman a comenzar pogromos contra los más de 100.000 chechenos que viven en esa república. Dzhojar Dudáiev, el, presidente independentista checheno, advirtió por su parte que la guerra contra Rusia durará muchos años y las operaciones como las de Kizliar se repitirán.En Pervomáiskoie, cerca de la frontera con Chechenia, la situación ayer era sumamente tensa. Los chechenos, después de enterarse que una columna de tanques avanzaba hacia ellos, tomaron unos cien rehenes más de entre los habitantes de ese pequeño pueblo, además de 37 policías de destacamentos especiales -cuatro lograron escapar en la noche-, y no está claro si realmente han ejecutado a algunos de ellos o si se trata sólo de simulacros. Primero se informó que los guerrilleros habían fusilado a seis policías, pero la noticia fue desmentida por el Ministerio del Interior y más tarde se dijo que sacaban a la calle a los rehenes y les disparaban por encima de sus cabezas. Lo que sí parece cierto, según informó anoche la televisión daguestana, es que un rehén murió después de arrebatar su Kaláshnikov a uno de los lobos solitarios y matarlo en un intento de fuga. Una mujer resultó gravemente herida en el tiroteo.
Escudo humano
El momento de mayor tensión se produjo cuando los rebeldes protegieron sus posiciones en Pervomáiskoie con un escudo humano formado por los cerca de 300 rehenes que ahora tienen en su poder, y advirtieron que comenzarían a ejecutarlos si los tanques se acercaban demasiado. Radúiev proclamó ayer que él y sus hombres lucharán "hasta la muerte" si los rusos no aceptan sus condiciones. Los separatistas están dispuestos a liberar a las mujeres a cambio de garantías de que las tropas federales les dejen llegar a Chechenia.Los dirigentes de Daguestán, por su parte, dijeron estar seguros de que los chechenos cumplirán su palabra y dejarán en libertad, sanas y salvas, a las personas que tienen en su poder después de que lleguen al punto de destino, es decir, al pueblo de Novogróznenski, pero los militares rusos piensan que los guerrilleros pueden adelantar nuevas exigencias si los dejan ir con los rehenes.
El presidente ruso, Borís Yeltsin, declaró ayer en París, donde asistió a los funerales del ex presidente francés, François Mitterrand, que está dispuesto a retirar sus tropas de Chechenia si los partidarios de Dudáiev deponen las armas. El Kremlin ha exigido desde un comienzo el desarme de los independentistas y, precisamente el que éstos se negaran a ello fue una de las causas oficialmente esgrimidas para invadir Chechenia a fines de 1994.
Mientras tanto, Daguestán puede verse envuelto en las llamas de la guerra: civil. Mítines antichechenos se han celebrado en varias ciudades, y en Kizliar -donde los guerrilleros destruyeron el martes varios helicópteros rusos y tomaron a miles de rehenes en un hospital- la gente pidió armas para que los voluntarios vayan, a liberar a los rehenes de Pervomáiskoye. Al mismo tiempo, algunos extremistas piden vengar la acción de los, guerrilleros y matar a los chechenos que viven en la región. Los chechenos de Daguestán están concentrados en Jasaviurt y Kizliar y, contando los refugiados que huyeron de la guerra en su república, suman más de 100.000. Daguestán está poblado por decenas de nacionalidades. Si, como se teme, los ávaros -uno de los principales pueblos de Daguestán- se deciden a atacar a los chechenos puede estallar una guerra civil.
La situación es tan delicada que el Gobierno daguestano consagró ayer una reunión especial al problema y después de casi tres horas de debates hizo un llamamiento a la calma y pidió a los diferentes grupos étnicos que no extiendan a todos los chechenos el odio que sienten hacia los guerrilleros que el martes atacaron Kizliar.
En Chechenia, Dzhojar Dudáiev, el líder independentista, confirmó en entrevistas publicadas ayer por dos diarios rusos, que el comando de Radúiev había actuado por órdenes suyas. "Ahora, cuando prácticamente toda Chechenia está destruida, no nos queda otra cosa que llevar la guerra a vuestro territorio: destruir vuestras ciudades y matar a vuestra gente", dijo Dudáiev, quien agregó que "después de Kizliar, habrá cientos de operaciones semejantes".
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