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LA PACIFICACIÓN DE LOS BALCANES

Los asesinos de Gorazde ya tienen rostro

Una comisión del Gobierno bosnio destapa los horrores de la 'limpieza étnica' cometida por los serbios en el valle del Drina

ENVIADO ESPECIALParamilitares serbios encerraron a 74 personas, entre ellas cinco bebés, en un motel de Bikavac, en la ciudad bosnia de Visegrad. Era la noche del 27 de junio de 1992, san Vito, la gran fiesta serbia. Bloquearon puertas y ventanas, tras lo cual lanzaron varias granadas al interior del edificio, que ardió por los cuatro costados. Sólo una mujer, Zehera Turijacanin, de 28 años, musulmana, sobrevivió a la carnicería.

Visegrad era antes de la guerra una ciudad de mayoría musulmana, pero las fuerzas serbias llevaron a cabo una rápida y sangrienta limpieza étnica. Con quemaduras de tercer grado, Zehera huyó durante seis días por caminos de montaña y, tras cruzar las líneas serbias, llegó a Gorazde, uno de los tres enclaves asediados en Bosnia oriental. Allí recibió los primeros cuidados de una mujer que le alivió el dolor con yogur y vendas en las quemaduras. Su caso provocó estupefacción entre la clase médica de Alemania, donde recorrió varios hospitales. Nadie, acierta a comprender cómo se salvó de la matanza, pero después de pasar varias veces por el quirófano, Zehera está totalmente recuperada y ha tenido el coraje de declarar ante la comisión de Gorazde que investiga los crímenes de guerra cometidos por las fuerzas serbias en el valle del río Drina.

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La comisión, como las de Zenica, Tuzla, Mostar y otras ciudades, tiene en su poder un impresionante y detallado informe que el Gobierno bosnio tiene que enviar al Tribunal Internacional de La Haya. Se trata de impedir que quede en la impunidad una de las páginas más negras de la historia de Europa de este siglo.

Tan pronto como se enteraron de que había una superviviente de la matanza, los serbios ofrecieron una recompensa de10.000 marcos (cerca de 900.000 pesetas) a quien pudiera aportar pistas de su paradero. Afortunadamente, su testimonio está transcrito y grabado, y quién sabe si ya ha llegado a manos de Richard Goldstone, el fiscal surafricano que investiga los crímenes de guerra en la antigua Yugoslavia para el Tribunal internacional de La Haya,

Compañero de escuela

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Antes de comenzar el infierno Zehera reconoció aquella noche a dos de los asesinos. Uno de ellos había sido compañero de clase en la escuela de Visegrad.El principal responsable de la matanza es, según las invistigaciones de la comisión de Gorazde, Milan Lukic, nacido Visegrad, propietario del bar Atena de esta ciudad. Está acusado de la muerte de 300 bosnios musulmanes, eliminados por el grupo paramilitar serbio conocido como White Eagles (águilas blancas), cuya sección en Visegrad estaba formada por 15 hombres dirigidos por Lukic. Su paradero es una incógnita. Mientras unas fuentes le sitúan entre Visegrad y Obrenovac (Serbia), otras. aseguran que hace un mes estaba en la prisión serbia de Kula, junto a Sarajevo, e insinúan que las autoridades de Pale estarían dispuestas a entregar a Lukic.

La comisión que investiga en Gorazde las matanzas cometidas en el valle del Drina empezó a trabajar en septiembre de 1992, aunque en mayo ya escuchó los primeros testimonios. En un vetusto despacho de la comisaría de Policía Civil de Gorazde, junto al Drina, Emin Imanovic explica que la comisión estudia todos los aspectos de cada caso. "No queremos escribir nada que no podamos probar". Sólo toman en consideración aquellos casos en los que están identificados tanto la víctima como el asesino. A partir del primer relato se buscan a otros testigos para contrastar las acusaciones.

En muchos casos, testigos, clave están ilocalizables o prefieren no hablar. Muestra gruesas carpetas que contienen cientos de páginas que relatan, con todo lujo de detalles, crímenes abominables. En dos cajas fuertes se guardan casetes y cintas de vídeo con las declaraciones. Unas. 1.000 personas han dado su testimonio de crímenes cometidos por los fanáticos serbios en Gorazde, Rogatica, Foca, Cajnice, Visegrad, a lo largo del valle del Drina. El asedio serbió de Gorazde, casi cuatro, años, ha impedido a la comisión de crimenes de guerra recibir ayuda exterior, que habría sido trascendental. Sólo hace cuatro días les visitó una misión de la Unión Europea.

Fusilamiento de Hasan

Hasan, de 24 años, fue detenido por los serbios el 29 de mayo de 1992 en casa de su suegro, en Visegrad. "Pasadas las cinco de la tarde, llegó un grupo de chetniks con uniformes de camuflaje, insignias, de los White Eagles y armados con fusiles y granadas. Reconocí al jefe. Era Lukic. Llevaba un fusil con mira telescópica y silenciador. Nos obligaron a mi suegro y a mí ir con ellos, pero antes tuvimos que entregar el dinero y los objetos de valor. Fuimos conducidos a un balneario en los alrededores de Visegrad donde reconocimos a varios serbios vecinos de antes de la guerra". Siete musulmanes, incluidos Hasan y su suegro, fueron introducidos en dos vehículos y trasladados."A 10 metros del río [Drina] preguntaron: '¿Quién sabe nadar?' Sólo yo contesté. 'Vehasta el río', me ordenaron. Pensé mil cosas a la vez para salvar la vida. ¿Van a disparar? ¿Corro? ¿Me tiro al agua? A cada paso tenía en mente a mi hija de 20 meses... '¡Stop!". Lukic ordénó a los seis rehenes colocarse a izquierda y derecha de Hasan, de cara al río. A su espalda estaba el "pelotón de fusilamiento". Hasan pudo escuchar nítidamente el click del selector de los Kaláshnikov, posición de tiro individual en vez de ráfaga. "Oí un grito desgarrador y vi a mi suegro caer al agua. Le habían disparado con silenciador. Empezaron a sonar Ios disparos y los otros iban cayendo. Me dejé caer instintivamente al agua. 'Hay que rematarle' dijo uno. Dispararon de nuevo. Uno de los impactos volteó un cuerpo y me cayó encima, en el agua. Me salvó la vida. Segundos después saqué la cabeza y ví que regresaban con sus armas hasta el coche". Había otro superviviente, Fahrudin. Ambos nadaron río abajo hasta Músic pero los serbiosya habían ocupado el pueblo. Continuaron hasta Hamzici, en poder del Ejército bosnio. Hasan y Fahrudin están vivos en Gorazde.

Hay otros cientos de testimonios que ponen la piel de gallinna. Como el que describe la matanza de los 43 habitantes de un pueblecito, casi todos de la misma familia Kurspahic. Fueron sacados de sus casas para ser evacuados, según les dijeron. Murieron ejecutados en el interior de una casa en el centro de Visegrad el 13 de junio de 1993. Una de las víctimas salió despedida por una ventana tras la explosión de la primera granada. Tres pudieron escapar.

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