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La 'justicia' del IRA

Los paramilitares republicanos se erigen en Policias para controlar las zonas católicas del Ulster

Seis muertos, incluido un joven asesinado la noche del miércoles en Belfast, y decenas de palizas de castigo por presunto comportamiento antisocial de ciudadanos norirlandeses, católicos en su mayoría, es el resultado de las acciones de limpieza llevadas a cabo por el Ejército Repúblicano Irlandés (IRA) en los 16 meses que dura ya el alto el fuego. No todas las acciones vienen firmadas por el IRA, pero las fuerzas de seguridad británicas estiman que la organización republicana sigue tornándose la justicia por su mano para afianzar el control sobre su propia comunidad.Martin McCrory, de 30 años, con antecedentes penales por robo y venta de drogas, murió la noche del miércoles por impacto de bala en su domicilio de Belfast. Según el comisario lan Williamson, responsable de la policía local, el Royal Ulster Constabulary (RUC), esta acción mortal lleva la marca, del IRA: "El asesinato encaja en la pauta de las actividades que el IRA Provisional lleva a cabo en esta zona desde el alto el fuego".

Williamson se refiere a la serie de muertes violentas, de seis civiles hasta la fecha, registradas en Irlanda del Norte desde el 31 de agosto de 1994. En esa fecha, el IRA se comprometió a "cesar todas sus operaciones militares", pero evitó pronunciarse sobre el papel de justiciero social que adoptó durante las décadas más sangrientas del conflicto irlandés. En esos años, con una población reacia a confiar en la policía local, dominada en un 90% por miembros de la comunidad protestante, los activistas del IRA se erigieron en defensores del pueblo católico. Un papel que les dio carta blanca para ordenar el exilio o salida forzada del Ulster de aquellos elementos que juzgaban antisociales, como traficantes de drogas y delincuentes de poca monta.

Por lo general, la expulsión del país venia precedida por disparos en las rodillas o palizas de castigo con las que el IRA buscaba la rehabilitación de los presuntos criminales y, además, escarmentar en cabeza ajena a futuros delincuentes.

No se conocen órdenes recientes de expulsión pero algunos informes señalan que, desde la tregua, la organización republicana es responsable de 167 palizas. "Las organizaciones paramilitares intentan desesperadamente mantener el poder y el control sobre lo que entienden que es su comunidad", aseguró ayer Williamson.

El Gobierno británico se resiste, de momento, a identificar estos castigos corporales, y la serie de asesinatos con el cese de la tregua republicana.

Es más, el ministro para Irlanda del Norte, Patrick Mayhew, dialoga con Gerry Adams y Martin McGuiness, números uno y dos, respectivamente, del Sinn Fein, a pesar de que esta rama política del IRA se niega a condenar los atentados.

Para el Sinn Fein, la continuación de la violencia en las calles del Ulster es una consecuencia directa de la intransigencia británica respecto al decomiso de las armas del IRA. Sus responsables alegan que el vacío político en este lento proceso de paz evita la normalización de la provincia.

Por el contrario, tras cada muerte, el Gobierno de Londres reitera su demanda de entrega de armas antes de proceder a negociaciones sustanciales con el Sinn Fein. Y, de momento, aguarda el informe de la comisión internacional sobre una posible solución a las armas ilegales del Ulster que allane el terreno hacia un acuerdo consensuado.

La policía local y los servicios de espionaje británicos identifican con el -IRA a la nueva organización, autodenominada Acción Directa Contra las Drogas, que sé ha responsabilizado de los recientes asesinatos.

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