Otra vez James Bond
En 1962, Agente 007 contra el doctor No tiene un inesperado éxito, origen de una larga serie de películas y de un subgénero con las más férreas estructuras de la historia del cine. Su interés reside en renovar el género de espías y lanzar una nueva cara, Sean Connery, que llegó a ser un excelente actor, en esta ocasión acompañado de una deslumbrante Ursula Andress saliendo del mar en un suscinto biquini como una nueva Venus.Treinta y tres años y 16 películas después, las cosas han cambiado mucho, tanto en el mundo como en el cine, pero no en esta serie. Su mejor característica inicial se ha invertido por completo: su aire renovador ha dejado paso a la mayor de las rutinas. De manera que quien va a ver una película de James 007 Bond sabe exactamente lo que le van a ofrecer, pero sus productores han conseguido que sea precisamente ése su máximo atractivo.
Goldeneye
Director: Martin Campbell. Guión: Caine y Feirstein. Fotografia: Meheux. Música: E. Serra. Reino Unido, 1995. Intérpretes: Pierce Brosnan, Sean Bean, Izabella Scorupco, Famke Janssen y Joe Don Baker. Estreno en Madrid: Avenida, Luchana, Velázquez, Conde Duque, Excelsior, España, Aragón, Ciudad Lineal, Liceo, Plaza Aluche y Bellas Artes (VOS).
Han pasado seis años desde el anterior 007, pero, con unas mínimas variantes, Goldeneye vuelve a ofrecer los mismos ingredientes. Un espía frío, valiente e ingenioso que, con una elegancia y un humor muy británicos, se enfrenta a unos poderosos enemigos, a los que siempre acaba venciendo, entremedias de atractivas y enamoradizas mujeres, tras una lucha final con el jefe de los malvados.
Sin embargo, la proliferación de este tipo de productos de intriga y violencia, que cada vez abundan más desde el nacimiento cinematográfico de James Bond, hace que tengan que ir cada vez más lejos en lo que a sofisticación de la violencia se refiere y además no conseguir sorprender a nadie. Concretamente, en el caso de Goldeneye, la historia de los satélites de ataque empleados por los malos para apoderarse del mundo es la misma narrada en Alerta máxima 2, una de las últimas aventuras del tosco Steven Seagal.
En cualquier caso, la pelea entre Bond y los malos de turno a que se reduce Goldeneye es demasiado larga. Sus poco más de dos horas de duración parecen agotadoras, a pesar de escenas especialmente logradas, como la persecución en tanque por las calles de San Petersburgo, dado que la trama es mínima y la acción da continuas vueltas sobre sí misma para parecer jalonada de largas escenas de violencia y destrucción.
El problema general de la serie es que su verdadero creador es el productor Albert R. Broccoli, y sus sucesivos realizadores sólo son artífices más o menos hábiles de su idea inicial. Debido a lo cual las diferentes películas siempre se han distinguido unas de otras por su protagonista, pero nunca por su director. El nuevo James Bond, el irlandés Pierce Brosnan, especialmente conocido por la serie de televisión Remington Steele, es inexpresivo en exceso, pero la serie ha tenido peores intérpretes y ha subsistido. Y dos nuevas chicas Bond. la holandesa Farnke Janssen, que crea a una atractiva sadomasoquista, y la polaca Isabella Scorupco, que encama a una bella y decidida programadora de sistemas informáticos.
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