Una divertida comedia incestuosa

Creador y pilar fundamental de la denominada "comedia madrileña", el guionista, productor y director Fernando Colomo ha realizado 12 comedias y una serie de televisión durante los últimos 18 años. Dentro de este armónico conjunto, en que ha ido mejorando de obra en obra, hace dos incursiones al extranjero. De 1.983 rueda en Nueva York La línea del cielo, con irregulares resultados y en 1995 hace en Londres El efecto mariposa, que se sitúa entre sus mejores trabajos y las mejores comedias españolas dle los últimos años.Tras un título un tanto pretencioso y lleno de implicaciones científicas, extraído de la teoría del caos, de Edward Lorenz, se esconde una hábil y sencilla comedia bilingüe que funciona con una gran perfección. Dividida en cinco partes, denominadas según los nombres de los protagonistas, más un epílogo situado en el año 2000, narra con tanta sencillez como eficacia una simple historia de amor entre un ordenado joven y su desordenada tía, 11 años mayor que él, durante un verano en Londres.

Basada en un guión con una férrea estructura y unos naturales e ingeniosos diálogos de Joaquín Oristrell, y el propio realizador, Fernando Colomo hace una comedia realista, reflejo de la actual situación nacional, con muy pocos elementos, pero muy bien aprovechados, que enlaza con la mejor tradición del género.

En el atractivo conjunto ocupa una posición muy destacada el trabajo de los actores. Tanto porque la comedia siempre está especialmente apoyada en ellos, como porque algunos están estupendos. Gracias a María Barranco y a Coque Malla, Fernando Colomo consigue el choque entre el joven y tímido sobrino y la madura y enloquecida tía alcance la altura necesaria para sostener el complejo entramado en que se asienta su aparentemente sencilla y muy bien elaborada película.

María Barranco ha estrenado demasiadas películas en 1995, pero en El efecto mariposa está muy bien por dar perfectamente el físico del personaje, y por haber encontrado el difícil tono para desarrollarlo. Algo similar ocurre con el mucho menos conocido Cóque Malla que, tras algunos papeles discutibles, en esta ocasión finalmente roza la perfección. Del resto del reparto, también destaca el inglés James Fleet, frente a una Rosa María Sardá, el único defecto de la película, que vuelve a cometer el error de interpretar su personaje en broma, rozando la payasada, un grave fallo dentro del terreno de la comedia