El Senado certifica por amplia mayoría la defunción de la comisión sobre los GAL

En su último pleno de esta legislatura, el Senado levantó ayer el acta de defunción de la malograda Comisión GAL, súbitamente fallecida el pasado 1 de diciembre, con sólo tres semanas de vida. Salvo el PNV y el Grupo Mixto, que votaron en contra, y Coalición Canaria, que se abstuvo, los restantes grupos apoyaron la disolución definitiva de la más breve y polémica investigación parlamentaria de la democracia española, pero ninguno quiso responsabilizarse de su prematura muerte ni del descrédito que ha supuesto para la Cámara Alta.

Álvaro Martínez, de Izquierda Unida, acusó al PSOE de haber dado un "golpe bajo" a la comisión al provocar que se suspendieran las comparecencias ya acordadas del ex ministro del interior José Barrionuevo, el ex vicepresidente Narcís Serra y los principales inculpados en el caso GAL, pero cargó con especial dureza contra el PNV, cuyo cambio de actitud durante el desarrollo de la investigación supuso una "sorpresa mayúscula".Sin embargo, no dejó de criticar al PP, que propuso paralizar de inmediato los trabajos de la comisión tras anularse las siete comparecencias. Martínez reconoció que la propuesta del PP le cogió por sorpresa y por eso se abstuvo el 1 de diciembre, aunque ayer votó en contra, pues "si entonces nos pareció temeraria, hoy nos resulta indeseable y nos queda la duda de si el PP no utilizó esa rendija para acabar con la investigación".

Joseba Zubía, del PNV, se defendió de los ataques de IU asegurando que siempre votó en coherencia con su propio plan de trabajo y que su único objetivo fue desde el principio esclarecer la verdad; lo que, a su juicio, no sucedía con todos los grupos.

Si se anularon las comparecencias de Barrionuevo y Serra, agregó, es "porque otros [en alusión al Grupo Catalán] cambiaron el sentido de su voto". Aludió también en tono irónico al PP, del que dijo que tuvo "rapidez y reflejos dignos de mejor causa" para disolver la comisión, cuando estaban pendientes de declarar los generales Bastos, Alonso Manglano y Sáenz de Santa María. "Al parecer había urgencia por evitar éstas y otras comparecencias", concluyó.

Vicent Beguer, de CiU, recordó que su grupo se pronunció en su día contra la creación de la comisión y que quienes la promovieron (PP, IU y PNV) no estaban de acuerdo en sus objetivos. "Se corrige hoy", enfatizó, "el error cometido el 18 de octubre [cuando se aprobó crear la comisión por un solo voto] y se cierra un capítulo desafortunado".

Victoriano Ríos, portavoz de CC y presidente de la comisión, fue el más contemporizador, al señalar que "a pesar de todo, no ha sido totalmente infructuosa" y que "el deseo del pueblo de saber [lo sucedido con los GALI permanece y, tarde o temprano, exigirá su conocimiento".

Los portavoces del PSOE y del PP, Bernardo Bayona y Ángel Acebes, respectivamente, protagonizaron el más enconado duelo dialéctico. Aunque Bayona dedicó casi toda su primera intervención a proponer reformas legales y reglamentarias para impedir que las comisiones parlamentarias interfieran en los procesos judiciales -entre ellas, la suspensión de los trabajos de las primeras cuando intervengan los jueces- el discurso de Acebes le decidió a una contundente réplica. El portavoz del PP acusó a los socialistas de impedir el normal funcionamiento de las instituciones democráticas y del Estado de Derecho con sus continuos retrasos, trabas y maniobras para boicotear el desarrollo de la investigación, hasta hacerla "imposible e inútil".En opinión de Acebes, lo ocurrido demuestra que el Gobierno tiene mucho que ocultar en relación con la guerra sucia contra ETA y que, si no se han determinado las responsabilidades políticas de los GAL, al menos sí ha quedado patente quiénes son los responsables políticos, "como autores o cooperadores necesarios", de su encubrimiento: PSOE, CiU y PNV.

Bayona le contestó que el éxito obtenido por el PP con la creación de la comisión se había convertido en "su pesadilla", al mostrarse incapaz de gestionar la mayoría obtenida el 18 de octubre, por lo que lo ocurrido "no es un fracaso de la Cámara sino de su oportunismo político".

Acebes lamentó que no se hayan investigado "los desaprensivos desmanes de un gobierno semiabsolutista" y admitió que el PP carece de la experiencia del PSOE para "pastorear a otros grupos", lo que provocó un alboroto en el hemiciclo.

Al final, la dureza de las palabras quedó diluida en la amplia coincidencia de los votos: 215 de los 226 senadores presentes votaron a favor de enterrar definitivamente la Comisión GAL.