Tres años de cárcel para el ATS que ejerció durante catorce la ginecología

La Audiencia de San Sebastián ha condenado a tires años de prisión menor al falso ginecólogo José Luis Fernández Rivas que sin disponer del título de médico trató a más de 8.000 pacientes y llegó a ser jefe del Servicio de Obstetricia y Ginecólogía del hospital provincial de esta ciudad. En el fallo, notificado ayer, el tribunal absuelve a Fernández Rivas de los cargos de estafa continuad a, falsificación de documentos oficiales y uso indebido de título y diploma académico, considerando que tales delitos quedan subsumidos en el de intrusismo.

El falso ginecólogo, que ejerció durante 14 años en el Sanidad pública donostiarra, deberá abonar una multa de 600.000 pesetas, pero ha quedado libre de las responsabilidades civiles que reclamaban una serie de antiguas pacientes. A la vista del fallo, fuentes jurídicas consultadas consideran altamente improbable que José Fernández Rivas llegue a ingresar en prisión. El hecho de que el tribunal aluda expresamente al nuevo Código Penal en los razonamientos jurídicos de su sentencia es interpretado por esas fuentes como indicativo de que los jueces no tienen intención de ordenar el ingreso en prisión del condenado.La sentencia suscitó ayer reacciones diversas. Mientras la defensa, representada por Juan María Bandrés, se daba por satisfecha, al igual que la acusación ejercida por la Sanidad vasca, Osakidetza, el resto de las acusaciones particulares mostraban una indisimulada contrariedad.

La pena impuesta dista mucho, efectivamente, de los 34 años de prisión que reclamaba el letrado del Colegio de Médicos Guipúzcoa. Ésta y otras acusaciones particulares incluyeron en el listado de cargos imputables a José Luis Fernández Rivas el delito de imprudencia temeraria con resultado de muerte, pese a que esta cuestión quedó expresamente excluida de esta causa.

Con todo, durante las largas e intensas sesiones por las que desfilaron una nutrida lista de testigos, las acusaciones particulares trataron de que la imprudencia temeraria pasara a formar parte de la atmósfera de la vista, dando lugar en muchas ocasiones a la reconvención directa de la presidencia de la sala. En la medida en que el acusado, reconoció haber ejercido el intrusismo y no disponer de otro título que el de ATS, el juicio derivó preferentemente en un choque de testimonios entre las pacientes que se consideraban perjudicadas y estadas y las que a propuesta de la defensa, elogiaron "el trato humano, profesional y cordial" del acusado.

La sentencia declara probado que durante el tiempo que ejerció de ginecólogo el condenado "efectuó numerosos actos médicos, como consultas, intervención en partos, exploración y detección de tumores, colocación de dispositivos anticonceptivos y dispensas de recetas". En su fallo, el tribunal se hace eco, citando una sentencia del Tribunal Supremo, de "la carencia de los correspondientes y eficaces controles en los centros sanitarios", en lo que parece una crítica directa al hecho mismo de que el condenado no necesitó acreditar titulación alguna cuando contrató en repetidas ocasiones con la Sanidad vasca. Algunas de las acusaciones particulares anunciaron su intención de recurrir el fallo, mientras la Fiscalía, que reclamaba una pena de 10 años guardó ayer silencio.