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Crítica:CINE
Crítica
Género de opinión que describe, elogia o censura, en todo o en parte, una obra cultural o de entretenimiento. Siempre debe escribirla un experto en la materia

Advertencia para amantes de Internet

Liberal en la vieja y noble acepción de la palabra, productor reputado según las normas ya periclitadas del oficio cinematográfico, Irwin Winkler ha construido en los últimos años una filmografía en la cual al gusto añejo por los modos de la narración clásica se le une un cierto empeño moral y de denuncia (Caza de brujas es un buen ejemplo) de la indefensión del individuo frente a las grandes maquinaciones de la historia, sea el maccarthysimo o, es el caso, la manipulación de la información individual depositada en grandes ordenadores y redes informáticas, por obra de oscuros y poderosos delincuentes. O, lo que es lo mismo, la denuncia de la fragilidad a que estamos expuestos en un mundo intercomunicado, tanto en lo que hace a la vulnerabilidad de nuestros datos cómo al progresivo aislamiento, a la dehumanización a que puede llevar el uso compulsivo de redes como Internet.Que el espectador se crea la facilidad, y sobre todo el alcance, que puede tener dicha manipulación está dentro de lo probable; en todo caso, hay que consignarque Winkler y sus guionistas tomán precauciones para acercar la narración al espectador y alejarle así de la sensación, dominante para quien se distancie de lo narrado, de una arbitrariedad considerable a la hora de distribuir los elementos que dan origen al filme.

La red

Dirección: lrwin Winkler. Guión: John Brancato y Michael Ferris.Fotografía: Jack N. Green. Música: Mark Isham. Producción: New Line, EE UU, 1995. Intérpretes: Sandra Bullock, Jeremy Northam, Dennis Miller, Diane Baker, Ken Howard, Wendy Gazelle. Estreno en Madrid: Dúplex, Plaza Aluche, Callao, Carlos III, Ciudad Lineal, Liceo, Canciller, Palafox, Vaguada, Colombia, Albufera, Ideal.

La primera precaución es la elección del elenco, en el. que, a excepción de la protagonista, no hay apenas actores conocidos, con lo que se refuerza el efecto de verosímil al desaparecer la presión del estrellato. Y muy especialmente el hecho de que toda la acción recaiga,sobre los frágiles hombros de Sandra Bullock, heroina a contracorriente en el actual cine americano: su apariencia fílmica de chica corriente y un tanto solitaria -recuérdesesu reciente Mientras dormías, pero también Speed, que mostraba, con otros modos, un proceso similar a éste- acerca su desaforada peripecia vital a la experiencia cotidiana de cualquier espectador, al tiempo que le otorga una falsa sensación de fragilidad que ayuda a la identificación más directa.La segunda precaución, y en esto Winkler demuestra conocer las normas de su oficio -no todas: sigue sin ser elegante a la hora de componer la imagen-, es dotar al filme de un ritmo vertiginoso, lo que logra mediante una sabia ordenación de la trama, a medio camino entre El fúgitivo y una ficción. de las muchas que, contemporáneamente, advierten sobre los peligros de las nuevas tecnologías, como Virtuosity o Johnny Mnemonic. Bullock sufre y corre, el filme se desliza a velocidad de crucero, todos sufrimos, o, lo que es lo mismo, la fórmula funciona. Entre otras cosas, porque la transformación de Bullock de ciudadana anónima en brillante heroína de acción está bien dosificada y, lo sabemos desde siempre, es una fórmula de probado rendimiento. ¿No es la misma que la de Con la muerte en los talones, salvando las distancias?

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