La CE quiere controlar la diabetes con tarjetas inteligentes

La diabetes es probablemente la enfermedad crónica más representativa y una de las más extendidas. Afecta al 4,5% de los europeos y se estima que hay permanentemente hospitalizado aproximadamente el 14% de estos enfermos. El exceso de azúcar en sangre causa secuelas en muy diversos órganos: es la causa principal de ceguera y de amputaciones no traumáticas, origina insuficiencia renal y problemas vasculares por la calcificación del sistema circulatorio, hasta el punto de que el 70% de los diabéticos de larga evolución, muere por infarto o por derrame cerebral.Pero la mayor parte de estas secuelas pueden evitarse, o dilatarse en el tiempo si el enfermo es sometido a un control médico continuado. El problema es que las secuelas afectan a órganos diversos y, por tanto, requieren el seguimiento de especialistas distintos. A veces, incluso en centros sanitarios diferentes, lo cual ocasiona duplicidades en las pruebas, peregrinajes innecesarios y una fragmentación de la historia clínica que dificulta un seguimiento médico adecuado.

El hospital de Sant Pau de Barcelona acaba de finalizar una experiencia piloto promovida por la Comisión Europea que tiene como objetivo mejorar la calidad asistencial de los diabéticos, tanto a nivel hospitalario como ambulatorio. Y el principal instrumento de esta mejora es una tarjeta sanitaria inteligente.

La Organización Mundial de la Salud promueve la creación de una red de centros de día para la atención de los enfermos diabéticos relacionados informáticamente, que permita mejorar la asistencia y reducir los costes sanitarios. La Comisión Europea ha asumido como objetivo esta recomendación y el primer paso ha sido ensayar un tipo de tarjeta inteligente que pueda se utilizada indistintamente en alguno de estos centros.

Los 108 pacientes de este hospital que han participado en la experiencia piloto y primer ensayo a escala europea, han tenido la oportunidad de probar un avance de lo que será en el futuro la telemedicina.

Los enfermos han sido dotados de una tarjeta inteligente individual en la que, además de todos los datos sobre antecedentes familiares y características de la persona, como cualquier otra tarjeta sanitaria, se introducen una serie de informaciones relativas a las diferentes afecciones relacionadas con la diabetes y un aspecto muy nuevo: ciertos elementos sobre la calidad de vida de los pacientes.

Segunda fase

"En esta primera fase de la experiencia piloto se trataba de diseñar qué tipo de información debíamos consignar y de qué forma. Hemos conseguido homologar un tipo de historia clínica que pueda ser interpretada en cualquier hospital europeo", indica Alberto de Leiva, jefe del servicio de Endocrinología de Sant Pau."Este sistema tiene una ventaja adicional para el paciente, y es que la tarjeta le hace propietario efectivo de su historia clínica y ésta va con él allí donde precise la asistencia". La tarjeta será ahora probada, en una segunda fase de la experiencia piloto, por4.000 diabéticos de 11 ciudades y regiones europeas. Entre ellas figura la ciudad de Mataró, en Barcelona, en la que se ensayará la utilidad de esta tarjeta en la conexión entre el hospital y la asistencia primaria.

Las conclusiones de la primera fase de la experiencia serán presentadas a representantes de CE y especialistas de distintos países en una reunión que se celebrará hoy en Barcelona.