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ELECCIONES EN RUSIA

Ziugánov, líder comunista ruso, asegura que la restauración de la Unión Soviética es inevitable

Guennadi Ziugánov, líder del Partido Comumista de Rusia, aseguró ayer, cuando todas las encuestas le daban como ganador en las elecciones, que la restauración de la Unión Soviética "no solamente es posible, sino inevitable" porque una "asociación de Estados" es la regla "tanto en América como en Europa o Asia". La restauración, dice, debería ser "progresiva y voluntaria, sobre una base de referéndum". Por otra parte, declaró que el actual Gobierno habrá de corregir su política, ya que, al ver los resultados de las elecciones, comprenderá que "no se puede seguir dirigiendo" el país como hasta ahora.

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Ziugánov, que llegó a votar a su colegio a las diez de la mañana, en el centro de Moscú, manifestó, asediado, por los periodistas, que no pedirá la cabeza de nadie y que no estima necesario "un cambio brusco de política hacia la izquierda". Recibió con una amplia sonrisa las flores que le entregó un grupo de partidarios y mostró gran paciencia ante los reporteros, que incluso llegaron a subirse a las cabinas de votación para filmar."No se puede virar bruscamente cuando conduces un gran barco; hemos visto que el brusco giro hecho en el país hacia la derecha no condujo a nada bueno", declaró Ziugánov a pie de urna, y agregó que por lo mismo no es partidario de hacer ahora un viraje radical hacia la izquierda. El líder comunista también dijo que Occidente no debería temerle. "Soy una persona sumamente pacífica. Mírenme, ¿acaso puedo infundir miedo a alguien?", exclamó riendo.

Al referirse a su futura labor en el Parlamento, Ziugánov señaló que desea formar una gran coalición con Ias fuerzas patrióticas de la Duma Estatal". Para ello, dijo, cuenta ya con un "sólido fundamento". En efecto, en vísperas de las elecciones, el Partido Comunista llegó a una serie de acuerdos con grupos afines en las circunscripciones uninominales. Así, retiró a su candidato tanto en el distrito donde compite Nikolái Rizkov, ex primer ministro soviético que ahora lidera el bloque El Poder para el Pueblo, como en el de Stanislav Govorujin, cineasta nacionalista que preside el hoy izquierdista Partido Democrático.

Candidatos retirados

El Partido Comunista retiró a 63 candidatos a favor de los grupos ya mencionados, del Partido Agrario -grupo creado por políticos que formaban parte de la fracción comunista en el Sóviet Supremo ruso, el Parlamento cañoneado en 1993 por orden de Yeltsin- y del Congreso de las Comunidades Rusas, cuyos líderes, a excepción del general Alexandr Lébed, ven en Ziugánov a un "aliado natural".Además, el Partido Comunista puede ponerse de acuerdo con los diputados de tendencia socialdemócrata que sean elegidos para la nueva Duma. Muchos consideran que los comunistas han renunciado a la ortodoxia marxista-leninista y hoy están más cerca de la socialdemocracia europea que del comunismo norcoreano o cubano.

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"Los comunistas de ahora ya no son los mismos de antes. Gran parte del Partido Comunista de Rusia y su propio líder tienden hacia la socialdemocracia", declaró ayer Mijaíl Gorbachov, ex presidente de la URSS, al ir a votar.

Gorbachov opinó que la victoria comunista la aprovecharán para reforzar posiciones ante las presidenciales de junio de 1996. En cualquier caso, manifestó que el partido vencedor no podrá ignorar las actuales realidades y los cambios de los últimos años.

El mismo Ziugánov siempre ha evitado definirse como socialdemócrata, en parte quizá porque para muchos comunistas, la palabra socialdemocracia tiene connotaciones negativas, ya que durante decenios se utilizó en Rusia con sentido peyorativo e incluso como insulto. Además, todavía existen muchos duros en el seno del partido, aunque también reformistas y hasta empresarios. La composición de la Nueva Duma, según parece deducirse de los primeros resultados de anoche, estará dominada por la izquierda. Eso, paradójicamente, podría ser beneficioso para Yeltsin: ante el peligro de triunfo comunista en las presidenciales, los reformistas quizá se decidan a unirse en torno al actual jefe de Estado.

Zhirinovski, seguro de que le robarán la victoria

"Por mí votará el 40% del electorado, pero con las falsificaciones que harán me dejarán sólo el 20%", declaró ayer el líder ultranacionalista Vladímir Zhirinovski mientras recorría del brazo de su esposa los 300 metros que separan el edificio donde tiene su domicilio oficial del colegio electoral al que fue a votar en Moscú. Su partido, el Liberal Democrático, obtuvo la primera mayoría, con el 23% de los sufragios, en las elecciones parlamentarias de 1993, y las últimas encuestas lo ponían ahora en segundo lugar, tras los comunistas.A Zhirinovski, sin embargo, no le preocupa que le roben la mitad de los votos. "Lo importante son las presidenciales de junio de 1996", dijo, en las que sólo ve un competidor serio: al actual jefe de Estado, Borís Yeltsin. Puede que en la carrera por la jefatura de Rusia también participen "'algunos pocos más, como [el comunista] Guennadi Ziugánov, [el economista liberal] Grigori Yavlinski o [el general Alexandr] Lébed", señaló. "Estos no son ningún peligro para mí. Yeltsin sí, no porque sea más popular, sino porque ostenta el poder "manifestó Zhirinovski.

Mientras tanto, los inquilinos del edificio de Zhirinovski estaban ayer furiosos porque los activistas del Partido Liberal Democrático habían pintado las paredes de la entrada y de casi todas las plantas con consignas en su favor.

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