Un calendario maldito

, La negociación y tramitación parlamentaria de la normativa que regula los comercios se ha dilatado durante más de dos años debido a las diferencias políticas y las presiones del propio sector, donde las posiciones del grande y pequeño comerciante son muy dispares.- En junio del año 1993 el grupo parlamentario de Convergencia i Unió presenta en el Parlamento una Proposición de Ley de Comercio.

- El nuevo Gobierno socialista toma posesión en julio de ese año y se encuentra con este texto redactado y unas restricciones muy duras a la libertad de comercio.

- Tras el verano, se producen los primeros contactos entre los dos grupos parlamentarios para defender un texto conjunto, pero el Gobierno exige grandes cambios sobre el texto original.

Comienzan una serie de reuniones con los representantes del sector comercial y con los consumidores y se detecta una gran división de intereses ante la nueva ley. El debate está en la calle.

- La restricción de los horarios comerciales centra la polémica y por ello el Gobierno opta por regular los horarios con un Real Decreto hasta conseguir que la ley sea una realidad. Este decreto entra en vigor en enero.

- PSOE y CiU intentan acercar posiciones en el primer semestre de 1994. Cristaliza un pacto para hacer 80 enmiendas al texto primero y desbloquear el proyecto. Es ya octubre de 1994.

- El Partido Popular e Izquierda Unida retiran en noviembre de 1994 sus enmiendas a la totalidad de la Ley de Comercio.

- En el primer semestre de 1995 los dos grupos, PSOE y CiU, impulsan el texto y se dan de plazo hasta el otoño para sacar la polémica ley adelante. El Gobierno pierde el apoyo de los nacionalistas catalanes en el Congreso tras rechazar éstos los presupuestos. La tramitación de la Ley vuelve a ralentizarse.

- En octubre y noviembre pasados la ley cubre el trámite del Senado y la polémica surge de nuevo en el sector por la restricción de las rebajas.

- Sale del Senado tras ser aprobada para cubrir su último trámite, la semana pasada, en el Pleno del Congreso. Estalla de nuevo la polémica.