"El azar influye en la vida y en el cine más"
Nunca se vestirá una prenda amarilla y procurará que ese color no aparezca en sus películas. Nunca moverá en redondo los ceniceros y no soporta que alguien sirva agua o vino del revés, con la mano hacia abajo. Lo raro es que Agustín Díaz Yanes no fuera supersticioso. Le viene heredado. De padre torero, este director de cine que, con su primera película, Nadie hablará de nosotras cuando hayamos muerto; se ha convertido en la revelación del año, tiene una profunda fe en la suerte y el destino.En su casa siempre despidieron a su padre con un "adiós y suerte". "El azar influye mucho en la vida, y en el cine más", asegura convencido este madrileño de 45 años que llegó al cine tarde y por casualidad. Le hubiera gustado ser torero, pero se licenció en Filosofia y Letras e Historia. "Ser torero es sin duda mucho más importante que ser director de cine. Los toreros son las últimas personas libres, son gente de otro mundo. Viven la vida a la contra de los demás. No existe un sentimiento comparable a ser torero, llegar a Madrid y cortar dos orejas", sueña Díaz Yanes.
Guionista de filmes como Baton rouge, A solas contigo, Demasiado corazón y Belmonte, la hora de dirigir le llegó por un cúmulo de cosas, en un momento en el que se encontraba como en tierra de nadie, sin saber por dónde tirar. "Si soy sincero, no tenía ningunas ganas de dirigir., Todo el que escribe guiones tiene siempre la idea de, dirigir una película para, al menos, saber cómo es, pero yo no tenía prisa. Se unieron una serie de circunstancias favorables, la principal que Victoria Abril dijo que sí al proyecto".
"Profundo y sabio"
Nadie hablará de nosotras cuando hayamos muerto consiguío el premio especial del jurado en el último Festival de San Sebastián, que también concedió a Victoria Abril el galardón como mejor actriz. El filme, con excelentes críticas nacionales e internacionales, recibió también, cuatro, premios Onda, que concede un jurado intemacional patrocinado por el Grupo PRISA y la SER. El semanario neoyorquino Village Voice consideraba esta misma semana la película de Díaz Yanes como una de las mejores de 1995, y de Victoria Abril decía que "puede que sea la mejor actriz del mundo". Village Voice destaca que este thriller "profundo y sabio" puede ser también tremendamente cercano a la sociedad americana."Cuando estaba dirigiendo la película pensaba: tengo que recordar esto para no volver a dirigir más. Veía que muchas cosas eran producto de la casualidad; luego eso se te pasa cuando ves que la película ha funcionado bien. No tengo ese mono que tienen los directores de dirigir, pero sí es cierto que cuando tienes cierto éxito con tu primera película te crea algo peligroso, y es el pensar si serás capaz de hacer una segunda bien".
En un gesto muy torero, Díaz Yanes confiesa con sinceridad que la figura del director de cine está algo sobrevalorada. "Nadie hablará de nosotras cuando hayamos muerto no es una película de Agustín Díaz Yanes; está dirigida por.... El director de un filme es el coordinador, al que todo el mundo le pregunta la última decisión, pero la labor de los técnicos es cada vez más importante, cosa que me parece muy bien. En mi película, quitando, a los actores, hay tres personas fundamentales: el operador, el fotógrafo y el montador. Sobre ese triángulo montamos la película. Las decisiones son conjuntas. La labor del director se limita a explicar y hacer entender su concepto de película. Son luego los equipos quienes la hacen. Igual pasa con los actores buenos. No me creo eso de los directores que dirigen a los actores. ¿Cómo voy a explicar yo a Victoria Abril o Federico Luppi o Pilar Bardem cómo tienen que trabajar? Ellos lo saben, mucho mejor que yo.
No es posible entender de verdad los sentimientos de este director, al que todo mundo conoce como Tano, sin conocer su militancia comunista o su nacimiento en una familia de la izquierda española que perdió la guerra civil. En una época en la que sólo se evalúan las ideologías a favor del poder y el éxito, produce cierto gustillo comprobar el orgullo que siente por sus cinco años -desde el proceso de Burgos en 1970 hasta 1975- de militancia activa en el Partido Comunista de España (PCE). "Tengo que reconocer que según pasa el tiempo recuerdo esos años como los más importantes de mi vida. Me dediqué en cuerpo y alma. Fue una militancia muy activa, aunque, comparada con la de otros, fue una bobada. Creo que, exceptuando mi vida privada, en la esfera pública su militancia ha sido lo más importante que he hecho, más que dirigir cine. Recuerdos tengo muchos, sobre todo mis amigos, con los que ceno todos los miércoles desde hace 15 años. También recuerdo que en gran parte erá un coñazo, y sobre todo el miedo terrorífico que pasaba. El PCE de aquella época era un sitio donde te formaban humanamente bastante bien, que me ha dejado un poso importante, me ha marcado mucho. Es algo en lo que. he pensado mucho en los últimos años y que se ha agudizado durante el rodaje de Nadie hablará...", dice Díaz Yanes, que se ha convertido en un coleccionista de todas las memorias de ex peces españoles y extranjeros. Ahora no oculta que es votante no convencido de Izquierda Unida, aunque no tiene ninguna confianza política en Anguita ni en su proyecto político. "A la derecha no la votaré nunca, ni bajo tortura, y en cuanto al PSOE, creó que no pueden liderar una renovación a corto plazo de lo que es la política de izquierdas".
El Frente de Madrid
Le ronda un sueño. Conocedor profundo de la guerra civil española y particularmente del Frente de Madrid los últimos 12 años ha impartido como historiador un curso monográfico a estudiantes norteamericanos sobre la República y la guerra civil y posee todo lo publicado sobre el tema, Díaz Yanes está escribiendo su segundo largometraje sobre este acontecimiento. "Toda mi vida he querido hacer una película sobre la guerra civil y ahora parece que no sólo interesa, sino que, incluso, da dinero. Fue un tema que me interesó siempre. Me da una gran tristeza porque, fue una guerra que no se debió perder y se perdió. España fue el único país en los años treinta que se alzó en armas contra el fascismo. En la transición hubo una consigna de olvidar la guerra civil, que para mí es el acontecimiento mas importante de la España del siglo XX y, uno de los acontecimientos más importantes del mundo. Creo que ahora, y lo demuestra también Vicente Aranda con el rodaje de Libertarias, se ha decidido que ya basta de estar maniatados por este silencio".Su película trata de la historia de una mujer de derechas -pensando siempre en Victoria Abril que, por circunstancias, cae el 18 de julio en Madrid y poco a poco participa en las luchas de la capital y va cambiando su mentalidad, aunque nunca totalmente. "No va a ser una película objetiva", advierte este entusiasta del anonimató.
Babelia
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