_
_
_
_
_
CUMBRE DE MADRID

Los esfuerzos adicionales de España

España tiene al alcance la entrada en la moneda única, pero necesita hacer un esfuerzo adicional. Así lo ha constatado la Comisión Europea y lo reconoce el ministro de Economía, Pedro Solbes. Ese sfuerzo debe realizarse reduciendo los gastos, y no aumentando los ingresos del Estado.España ha de recortar en 1,96 billones de pesetas su déficit público para reducirlo desde el 5,4% (dato con que se cerrará 1995, según las previsiones de la Comisión Europea) hasta el 3% al acabar 1997. Eso significa algo más de 600.000 millones de pesetas anuales. Una cifra importante, pero no imposible. Pedro Solbes puso un ejemplo para evaluar el esfuerzo: bastaría aumentar 15 pesetas el precio del litro de gasolina para que los ingresos suplementarios del Estado permitieran reducir el déficit al 3%.

Más información
Los Quince se aprestan a difundir las ventajas de la divisa única

Pero no es ésa la vía elegida por el Gobierno ni la línea que ha defendido el Partido Popular en las últimas semanas. El método a seguir es el de la reducción del gasto público.

Los esfuerzos que debe hacer España no son superiores a los que ha de acometer el resto de los países europeos. Reducir el déficit en 1,86 billones de pesetas significa que cada español debería aportar 48.717 pesetas, según los cálculos realizados por La Gaceta de los Negocios. Reducir todos los déficit europeos a una media del 3% requeriría una aportación de 48.924 pesetas por ciudadano.

El objetivo es imposible para Grecia, que debería aportar 850.000 pesetas por habitante. Pero es también muy difícil para Suecia (125.000 pesetas), Italia (100.000), Austria (90.000), Francia (63.793) o Reino Unido (56.896).

El conjunto de países de la UE deberá reducir en 18,2 billones de pesetas sus actuales déficit públicos, que suponen en torno a los 50 billones de pesetas.

Únete a EL PAÍS para seguir toda la actualidad y leer sin límites.
Suscríbete

Problemas de crecimiento

La aparente ralentización del ciclo económico puede ser un problema añadido, aunque los ministros prefieren guardar un prudente optimismo. Según Pedro Solbes, hoy en día "no se plantea la menor duda sobre el momento de entrada en vigor de la moneda única. No creo que el ciclo económico plantee grandes problemas en ese sentido. En España, nuestro nivel de crecimiento real y previsto para 1996 hace factible que lleguemos". Theo Waigel tiene una opinión semejante. "No veo ningún peligro de estancamiento en el horizonte. Es cierto que se puede ralentizar ligeramente la expansión económica, pero seguimos con un buen impulso".

Regístrate gratis para seguir leyendo

Si tienes cuenta en EL PAÍS, puedes utilizarla para identificarte
_

Archivado En

Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
_
_