El grave problema de la sanidad pública
Testimonio viviente de problemas desconocidos sobre la sanidad pública es la situación en la que se encuentran los médicos interinos en nuestros hospitales.Hasta hace no muchos años la interinidad era una condición inexistente, dado que varias veces al año se celebraban concursos-oposiciones públicos para la cobertura de las distintas vacantes que se iban produciendo. Desde hace 10 años estos concursos casi han desaparecido; en su lugar, las vacantes se están cubriendo con interinos.
El problema es que actualmente, y sólo en el territorio del Insalud, esto es, 24 provincias de Aragón, Asturias, Baleares, ambas Castillas, Extremadura, Melilla, Madrid y La Rioja, existen 3.458 médicos especialistas interinos en las plantillas de 69 hospitales, aproximadamente el 30% del total (datos de la asociación de médicos interinos publicados en la revista Previsión Sanitaria). Hay médicos que llevan en esta situación más de 10 años. Es necesario destacar que su condición de interinos les imposibilita para percibir trienios, deben acogerse obligatoriamente a la dedicación exclusiva, se les imposibilita, a pesar de ser a veces los mejores candidatos, a presentarse a plazas de jefes de sección o servicio, ya que un requerimiento básico es tener la plaza que desempeñan en propiedad.
Así las cosas, la plantilla hospitalaria se divide en dos grupos que, groso modo, son: un 70% de facultativos con plaza en propiedad y régimen laboral definido por un estatuto, y un 30% de interinos que pueden ser cesados en 24 horas sin derecho a ningún tipo de indemnización o prestación, salvo los derivados de la percepción de subsidio de paro.
Estos ceses empiezan ya a producirse por una doble circunstancia: por un lado, por las solicitudes de traslado a las que tienen derecho los médicos de plaza en propiedad y régimen estatuario, y por otro, por la reincorporación de médicos que temporalmente han estado en excedencia desempeñando cargos en la Administración. Curiosamente, el cese se produce en un servicio determinado y afecta al médico que tiene más años de interinidad, y esto siguiendo una disposición oficial.
Lo que cabe preguntarse de toda esta situación es: ¿cómo es posible haber llegado a ella?
¿cómo es posible que el 30% de las plantillas de médicos hospitalarios en la sanidad pública estén en situación de empleo precario por el incumplimiento por la Administración de sus propias disposiciones que le obligaban a la convocatoria de periódicos concursos? Y sobre todo, ¿cómo se arregla con justicia este problema sin lesionar los legítimos intereses de los médicos que solicitan traslados y de aquellos que tras 10 o más años en un puesto para el que con frecuencia son idóneos pueden verse fulminantemente, cesados?
Hay que conminar a la Administración sanitaria a resolver el problema por ella creado. La sencilla respuesta de la realización de un enorme concurso para la convocatoria de miles de plazas claramente no es la solución, ya que supondría un quebrantamiento tremendo en el funcionamiento temporal de los hospitales por los graves desajustes que ocasionarían las masivas migraciones, por no hablar del quebranto personal y familiar que para la mayoría supondría.
Ha llegado el momento de actuar con imaginación y sensatez, haciendo el mínimo daño a todos los intereses que en esta situación confluyen.-
Jefe del Servicio de Nefrología del hospital Clínico. .
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