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Pugna entre jueces y médicos sobre la privacidad de los historiales clínicos

El psiquiatra Castilla del Pino revela amenazas por negarse a informar sobre pacientes

LUCÍA ARGOS / B. DE LA CUADRA Una incorrecta aplicación de la investigación judicial permite actualmente que la policía confisque historias clínicas de un hospital psiquiátrico o que un juez consiga, a instancias de un amante despechado, la revelación de que una mujer ha abortado. Médicos y juristas consideran estas prácticas "ilícitas" cuando no innecesarias. Pero negarse a facilitar el historial de un enfermo puede acarrear la acusación de obstruir a la justicia, como ha denunciado el prestigioso psiquiatra Carlos Castilla del Pino en una carta a EL PAÍS. "Yo he sido amenazado por un juez de manera directa", aseguró.

"Jueces desmesuradamente curiosos", llama Castilla del Pino a los magistrados que le han requerido la historia clínica de algún paciente inmerso en un proceso judicial. Y no son sólo jueces. "Ayer mismo [el pasado martes] me visitó un inspector de Educación, para pedirme de forma oficial la historia clínica de una profesora de Filosofía de un instituto docente. ¿Pero esto qué es? ¡Se está perdiendo el sentido de lo que es el secreto profesional!". Su respuesta ha sido la negativa "sistemática".

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Este psiquiatra asegura que colegas suyos han visto cómo en un hospital de Barcelona la policía judicial confiscaba historiales de pacientes psiquiátricos ante el desconcierto de los facultativos. "Desearía saber si puedo o debo persistir en mi postura", planteaba públicamente Cástilla del Pino en su carta.

La misma duda que se plantea ahora Marisa Castro, directora de la clínica ginecológica Isadora, de Madrid, tras afirmar que en los centros donde se hacen abortos "es una práctica habitual" facilitar las historias clínicas de las pacientes "si se piden por vía judicial". Al menos hasta la semana pasada, Marisa Castro se mostraba convencida de que "hay un límite a la confidencialidad, que es el juez"' pero reconoció el dilema ético al que se enfrenta, dada la actitud misógina de muchos jueces.

Detrás de estas denuncias, de estos requerimientos judiciales, se esconden generalmente amantes despechados, padres de amantes despechados o familiares de la mujer que ha decidido abortar, asegura Marisa Castro. "Pero, afortunadamente, estas denuncias han disminuido en la medida en que los denunciantes ven que no sirve como arma, ya que no suelen prosperar".

El magistrado Ramón Sáez, juez de instrucción de Madrid, aclara que los médicos "no sólo pueden, sino que deben negarse" a proporcionar los historiales de sus pacientes. Aunque reconoce que no están desarrollados legalmente los preceptos constitucionales que consagran el secreto profesional, invoca el artículo 10.3 de la Ley General de Sanidad, que establece el "derecho del usuario a la confidencialidad de toda la información relacionada con su proceso y su estancia en la institución sanitaría".

Para este magistrado, dedicado profesionalmente a investigar delitos, "Castilla del Pino tiene toda la razón en negarse a dar a los jueces la historia clínica de un paciente". Otra cosa sería, añade, que se investigara "una mala praxis del médico". En tal caso, "sería posible que tuviera que entregar el historial clínico, pero con el consentimiento del paciente, ya que el titular del derecho no es el médico, sino el paciente". Algunas anotaciones personales del facultativo "pueden no estar afectadas por el secreto profesional, pero sí por el derecho a la intimidad".

Sáez señala que, "de todos modos, no es igual un traumatólogo que un psiquiatra": "Una parte de la historia clínica de estos últimos puede implicar confidencias del paciente, y otra, valoraciones personales, por ejemplo, sobre la inclinación homosexual, del todo íntimas".

Burocratización

Pero entonces, si saben esto los jueces, ¿por qué piden los historiales clínicos? Sáez, que reconoce que habitualmente se los dan, lo atribuye a la "burocratización de los jueces, que no deberían pedir la historia, sino simplemente preguntar al psiquiatra o pedirle un informe pericial".

Este magistrado advierte que, a veces, los jueces requieren los historiales clínicos "con la buena intención de averiguar si existe una eximente o atenuante, por enajenación o drogadicción, para aplicarla en beneficio del acusado". Y agrega: "En todo caso, el juez debe preguntar si hay autorización del paciente".

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