España, dispuesta a ingresar en la estructura militar de la nueva OTAN ampliada al Este

España está dispuesta a integrarse en la estructura militar de la OTAN, pero no en la que ahora existe, sino en la resultante de un profundo proceso de reforma que ya se ha iniciado y que debe culminar antes de que ingresen en la Alianza los países del antiguo Pacto de Varsovia, según fuentes diplomáticas y militares. La disposición española a participar en la futura estructura de mandos, abandonando su estatuto singular, es anterior a la elección de Javier Solana como secretario general de la OTAN, según las fuentes consultadas, aunque la actitud que ha mantenido España desde su ingreso en la organización aliada, de la cual la integración total no es sino una consecuencia, ha ayudado al éxito de la candidatura del ministro.

El pasado domingo, durante su conferencia de prensa conjunta con Bill Clinton, el presidente del Gobierno, Felipe González, no es dijo que España no vaya a cambiar su status en la OTAN, sino que dicho cambio no tiene relación con el nombramiento de Solana, y agregó que "hay una evolución de la Alianza Atlántica" y que nuestro país es un miembro fiel, de la misma.El Comité Militar de la OTAN, formado por los jefes de Estado Mayor de la Defensa de los países aliados, salvo Francia, aprobó la semana pasada en Bruselas el documento MC-401 o Estudio a Largo Plazo, que marca las directrices de la futura estructura de mandos. Aunque España no forma parte de la misma, ha colaborado activamente en la redacción del documento, lo que confirma su propósito de no quedarse descolgada de este proceso.

El ministro de Defensa, Gustavo Suárez Pertierra, explicó el pasado día 22 en el Congreso que hay "coincidencia de pareceres sobre la necesidad de flexibilizar y, posiblemente reducir la estructura militar que necesita la OTAN". También destacó, sin embargo, que la prevista ampliación de la Alianza hacia el Este plantea a España, como también a Francia, "algunos problemas de carácter especial".

Ampliación y reforma

"Nos podríamos encontrar", advirtió el ministro, "con una vinculación genérica o especifica de países que proceden del antiguo Pacto de Varsovia vinculados ala Alianza a través de estructuras tradicionales, de las que nosotros no formamos parte, y que pudieran colocarnos en determinada situación especial o peculiar, no diré en inferioridad de condiciones, con respecto a esos países".En otras palabras, los países del Este ingresarán en la OTAN sin ningún tipo de reserva y si Espana opta por seguir al margen de la estructura militar a medio plazo, se convertirá en un aliado de segunda fila, en comparación con antiguos adversarios como Polonia o, Hungría. Por eso, en la reunión informal de ministros de Defensa celebrada en Williamsburg (EE UU) a principios de octubre, Suárez Pertierra insistió en la necesidad de que "se avance [más] en el estudio a largo plazo, antes de acometer el proceso de ampliación".

La reforma de la estructura de mandos, que los ministros de la OTAN ya han discutido informalmente en varias ocasiones, la Última durante el almuerzo del pasado día 29 en Bruselas, será presentada en el Comité de Planes de Defensa de la próxima primavera, pero su puesta, en práctica llevará varios años.Respecto a la ampliación al Este, hay coincidencia en que los primeros en ingresar en la Alianza serán los países del grupo de Visegrado (Polonia, Chequia, Eslovaquia y Hungría), a los que Alemania quiere sumar a la ex república yugoslava de Eslovenia. Su integración, siempre que sea posible suavizar la oposición rusa, podría producirse en 1999, coincidiendo con el 50 aniversario de la fundación de la OTAN.

Según el documento del Comité Militar, la reforma de la estructura integrada se basa en primar el carácter funcional de los mandos sobre su componente territorial. Ya no se tratará, como sucede ahora, de defender una determinada zona geográfica, sino de prepararse para una misión concreta, que posiblemente se desarrollará lejos del área de responsabilidad e incluso fuera del territorio de la Alianza, como es el caso de Bosnia.

En realidad, la reforma de la estructura militar es consecuencia de la asunción por la OTAN de las misiones de mantenimiento e imposición de la paz que, previsiblemente, serán las más frecuentes en el futuro.

La OTAN cuenta actualmente con 33 cuarteles generales, que resultan muy caros de mantener y se han quedado obsoletos, pues fueron concebidos para hacer frente a una invasión a gran escala del Pacto de Varsovia que ya nunca ocurrirá. La ampliación hacia el Este, en opinión de las fuentes consultadas, ha actuado como detonante para acelerar una reforma inevitable.

El Comité Militar aboga por una estructura integrada más reducida, en la cual los mandos ya no estarán ligados al territorio en que se asientan. Además, se plantea crear nuevos mandos estrictamente funcionales, como uno de transporte y apoyo logístico, que apoyaría a las tropas de la OTAN donde quiera que actúen.