Un convoy explosivo por la M-40
Quienes se conocen muy bien, el camino a Getafe son los artificieros del cuartel de artillería de la carretera de Boadilla del Monte. A ellos ha de recurrir siempre la policía cada vez que sale a la luz otro de estos supositorios de metal. Si el hallazgo se produce en una zona más o menos despoblada, los expertos la acordonan, provocan la explosión controlada allí mismo y el asunto queda zanjado.La cosa se complica, en cambio, si el artefacto es localizado en medio del casco urbano.
En estos casos, colocar un cebo al lado del proyectil sería una absoluta temeridad. Por ello, los artificieros, suben el obús al camión y se lo llevan a sus instalaciones en las afueras de Boadilla. El viaje se realiza por plena M-40, para evitar el centro de la capital, y sin que ningún conductor pueda imaginarse ni por asomo la naturaleza del cargamento del convoy militar en cuestión. El proyectil se coloca en una cubierta acampanada especial, por lo que el traslado es bastante seguro.
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