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Doce detenidos, siete de ellos militares, por el atentado contra la mutua judía en Argentina

Juan Jesús Aznárez

Doce personas, tres de ellas suboficiales en activo del Ejército argentino, cuatro militares retirados y otros cinco civiles, fueron detenidas ayer en 12 allanamientos practicados en Buenos Aires y poblaciones próximas. Es el primer resultado de las investigaciones llevadas a cabo para esclarecer el atentado que el pasado año destruyó una mutua judía en Buenos Aires y causó 86 muertos y más de 200 heridos. El presidente Carlos Menem confirmó las detenciones, efectuadas por orden del magistrado Juan José Galeano, responsable de la causa. Entre los detenidos se cita la presencia de ex golpistas carapintadas. "Nunca habíamos llegado tan alto en la investigación", reconoció Galeano.

El juez federal, de forma imprevista, dispuso estas nuevas medidas, encaminadas a la identificación de los autores intelectuales y materiales del ataque a la mutua judía. "Los detuvimos de madrugada al tratarse de personas que disponían de armas", dijo. De acuerdo con las primeras informaciones, además de las detenciones se incautaron armas, explosivos y estupefacientes. El atentado destruyó totalmente, el 18 de julio de 1994, el edificio de la Asociación Mutual Israelita en la Argentina (AMIA), y la principal sospecha recayó sobre el grupo integrista islámico Hezbolá.Las relaciones diplomáticas entre Buenos Aires y Teherán, que negó cualquier responsabilidad, se redujeron a nivel de encargados de negocios, y un nuevo hecho envenenó los vínculos. El 21 de octubre, un pistolero disparó contra el diplomático Rajaví Yazdi, recién llegado al país para asumir sus funciones como principal re presentante iraní. Cuando Yazdi procedía al aparcamiento de un Mercedes blanco, un joven se acercó por la ventanilla y, en circunstancias aún confusas, le disparó. Oficialmente, no quedó determinado si se trató de un atentado o de un atraco frustrado.

Hasta ayer había un solo detenido, Carlos Alberto Telleldín, acusado de haber reparado y entregado la camioneta Renault Traffic, utilizada como coche bomba en la voladura. El abogado Víctor Stinfale insiste en la inocencia de su patrocinado. "Él nunca imaginó para qué se usaría la camioneta. Ha pedido protección para su familia. Y si lo amenazan será porque puede identificar el próximo eslabón". Stinfale reconoció el interés de Telleldín por la legalización de la figura del arrepentido antes de entrar en detalles. "Cuando aparezca el que se llevó la camioneta, no tengan dudas de que Telleldín lo identificará".

Tras las nuevas detenciones, el juez ordenó la entrada en el batallón 601 de Ingenieros del Ejército, en la guarnición militar de Campo de Mayo. La televisión argentina mostró imágenes del traslado en helicópteros de tres suboficiales, esposados y vestidos de civil, a la Brigada de Inteligencia de Quilmes. El fiscal José Barbacia declaró a la prensá que, en el transcurso de los procedimientos, se encontró "una gran cantidad de armas" del Ejército y explosivos. Otros allanamientos tuvieron lugar en la capital federal, en lugares no precisados, y allí se decomisó diversa documentación. Un hombre que trabajaba como, mecánico armero del Ejército fue capturado en una vivienda de la localidad de San Miguel, al noroeste de la capital. La amplia batida era confirmada también por el subsecretario de Seguridad de la provincia de Buenos Aires, Alejandro Pérez Carrega.

No quedó precisado cuál haya sido el hilo conductor de las nuevas medidas ordenadas por Galeano, en cuya ejecución participó el comisario que apresó a Alejandro Monjó. Liberado después, Monjó es dueño de la concesionaria Automotores Alejandro, implicada en la compra y venta de la camioneta Traffic presuntamente utilizada como el coche bomba del atentado. Y un testimonio aparentemente desdeñado por el juez, al menos públicamente, cobra ahora nuevo relieve. El pasado 9 de noviembre, un ex militar carapintada confesó haber participado en el atentado contra la mutua judía y pidió protección asegurando que peligraba su vida.

El sargento primero, retirado, Pedro Ricardo Fonseca, se presentó voluntariamente a la justicia y afirmó haber sido conductor de un coche que acompañó a la Traffic como vehículo de apoyo. Fuentes próximas al juez indicaron que, una vez escuchada la extraña admisión de responsabilidades, Galeano ordenó el examen psiquiátrico del suboficial. Después de la voladura, Fonseca se refugió en Brasil, Uruguay y Chile. ¿Tiene algo que ver su declaración con las detenciones?, se le preguntó a Galeano. "Me reservo la opinión", respondió éste.

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